La Juventud Comunista del Perú – Patria Roja rechaza el Proyecto de Ley N° 3942/2014-PE aprobado por el Congreso de la República, que tiene como objetivo “mejorar la empleabilidad y promover la contratación de jóvenes desocupados para que cuentes con mayores oportunidades de acceso al mercado laboral a través de un empleo de calidad con protección social”, aunque en realidad solo llega a picarizar más los derechos laborales.
Este régimen de explotación juvenil consiste en reducir al mínimo los derechos laborales de los trabajadores jóvenes, casi a nada, a comparación del régimen laboral común de la actividad privada.
Los únicos derechos que se contemplan son la garantía del salario mínimo, el derecho a un descanso semanal y las vacaciones pagadas, aunque reduciéndolas a 15 días. Estos derechos están establecidos en los Artículos 24° y 25° de la Constitución Política de 1993, y al parecer solo por eso los mantienen.
Entre los derechos laborales dejados de lado se encuentra el pago de las Gratificaciones, en julio y diciembre, el pago de la Compensación por Tiempo de Servicios y la Participación en utilidades, en total estos derechos no contemplados corresponden a una reducción de aproximadamente el 40% de lo que se recibiría en el régimen laboral común.
El régimen se aplicará a los jóvenes comprendidos entre los 18 y 24 años de la actividad privada que se encuentren desempleados por tres meses o no hayan estado registrado antes en planillas de alguna empresa. La duración de los contratos será de un año pudiendo prorrogarse por plazos mínimos de seis meses, hasta un máximo de tres años. La norma señala además que si existe un despido injustificado solo tendrán derecho a una indemnización que también es menor en relación a la del régimen laboral común.
Los argumentos del gobierno
En la segunda parte del documento se encuentra la exposición de motivos del presente proyecto de ley, de los cuales se han seleccionado algunos para su exposición en el presente artículo.
1.- La situación de los trabajadores jóvenes entre los 18 y 24 años
El documento señala, basándose en la Encuentra Nacional de Hogares, ENAHO, de 2013, que “la tasa de desempleo de esos jóvenes es más de cuatro veces la de adultos, debido a su menor experiencia laboral y formación para el trabajo”, haciendo mención de cuatro grandes grupos dentro de estas personas, los que no terminaron la secundaria, los que tienen estudios secundarios y los que poseen un grado de formación superior, universitario o técnico.
Analicemos un poco la situación, por un lado muchas personas comienzan a trabajar inmediatamente terminada la secundaria o incluso antes, abandonando sus estudios, por la precaria situación económica familiar. En nuestro país no existe otra opción para una persona de bajos recursos que no sea trabajar, esto muchas veces impide acceder a una formación superior, siendo una condena a trabajos informales y/o mal remunerados, por lo general.
Son estos trabajadores los que mayores dificultades tienen para encontrar buenos empleos y tener experiencia laboral, debido a su escaso nivel de formación, son los más afectados por el sistema educativo; esta Ley, si en realidad hubiese querido mejorar la situación de los trabajadores jóvenes se debió haber pensado en atacar estos problemas.
Una verdadera política de acceso al mercado laboral en condiciones dignas tiene que implicar necesariamente el cambio del sistema ofreciendo una educación pública, gratuita y calidad, el problema va mucho más allá de reducir “los costos laborales” como pretende este Proyecto de Ley de manera simplista y demagógica.
Las personas que pueden acceder a la educación superior tienen mayores oportunidades laborales, en cantidad y calidad, pero el acceso está condicionado a diversos factores que escapan de la capacidad y voluntad de las personas, si alguien tiene que trabajar para mantener a su familia difícilmente podrá preparar adecuadamente sus exámenes de admisión a un Instituto Técnico y mucho menos a una Universidad Pública.
El inicio de la formación universitaria depende de pasar las pruebas de admisión, que varían en dificultad y contenido dependiendo, del prestigio y objetivos de cada Universidad, respectivamente, y dura por lo general cinco años, las carreras de Derecho, Medicina, Psicología, entre otras, que tienen una duración mayor.
Son cada vez más los jóvenes que acceden a una formación profesional debido a la amplia oferta académica que existe, producto de la proliferación de universidades privadas, sin embargo no todos los futuros profesionales tienen un trabajo asegurado, sobre todo los egresados de universidades de bajo nivel académico.
La formación técnica dura por lo general tres años, luego de los cuales estos jóvenes ingresan al mercado laboral con la ventaja de tener más años de experiencia laboral por delante que una persona que decide seguir una carrera profesional.
En ambos casos la inserción al mercado laboral se da en los últimos años de la formación académica mediante convenios de prácticas pre profesionales o similares, regulados en la Ley N° 28518, Ley sobre modalidades formativas laborales, que está dirigido a equilibrar la formación en curso y la necesidad de adquirir experiencia laboral, ejemplo de esto se encuentra en que se dispone un horario de trabajo reducido y no se inscribe al trabajador en planillas.
Además muchas entidades exigen la acreditación de prácticas pre profesionales para la finalización de la formación en curso, por ejemplo la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos exige a los estudiantes realizar prácticas en los dos últimos años de la carrera como requisito para obtener el título profesional de abogado.
Esta norma afectará a los profesionales más jóvenes al precarizar sus empleos con el pretexto de asegurarle experiencia laboral que ya adquirieron como parte de su formación.
2.- Los trabajadores formales tienen mejor calidad en sus empleos Otro de los argumentos del gobierno consiste en que los trabajadores formales tienen mejores condiciones laborales que los informales. Y efectivamente es así, un trabajador formal gana más que uno informal, pero esto se debe al pago de los derechos laborales que esta norma no contempla, como el pago de Gratificaciones, Vacaciones, Pago de Utilidades, etc.
A los por lo general solo se les paga mensual, quincenal o inclusive diariamente, pero no se le otorga ningún otro beneficio ni derecho social, de manera muy cercana a los niveles de esta norma. Lo que se busca es la formalización laboral a cualquier precio, dejando de lado casi todos los beneficios que esta conlleva para la mayoría de trabajadores. Una muestra más que el verdadero objetivo es maximizar las ganancias empresariales a cualquier precio.
3.- Los famosos costos laborales no salariales
El argumento más sincero de todo el proyecto, el que demuestra su verdadero objetivo, consiste en que se “permite a las empresas contratar jóvenes a un menor costo que el asignado en el régimen laboral general”.
En un cuadro comparativo entre los montos que las empresas dejarían de pagar se observa una diferencia de hasta 40% en relación al régimen laboral común.
Es necesario recordar…
El trabajo es la principal fuente de riqueza; son los trabajadores, desde el obrero hasta el gerente general, quienes la crean a partir del capital. El producto pasa a pertenecer a la empresa por efecto de los contratos laborales, esta característica se conoce como ajenidad del trabajo.
El salario, que es la contraprestación por el tiempo de trabajo, al igual que los denominados “beneficios sociales”, como la CTS, se paga con el dinero QUE LA EMPRESA OBTIENE DE LA
COMERCIALIZACIÓN DEL PRODUCTO TRABAJADO. Cuando se exige el pago del salario no está mendigando nada, se está exigiendo la parte que corresponde por haber participado en la producción, los derechos laborales deben ser respetados.
¿Qué hacer?
Organizarnos y luchar. A pesar de que Ollanta Humala firmó la promulgación de la ley, debemos visibilizar el rechazo juvenil y popular a estas medidas. OHT se atrevió a hacer algo que ni el fujimorismo llegó a realizar. Desde la Juventud Comunista estaremos alertas y movilizados por la derogatoria de esta ley, la unidad del movimiento juvenil y la lucha incansable contra el neoliberalismo.
¡VENCEREMOS!
Lima, Diciembre de 2014