Por: Shirley Chilet Cama *
Las ciudades constituyen las vías de acceso a la sociedad de la información, es la expresión de vida de las personas. Los sistemas urbanos incluyen: el transporte y usos del suelo, los espacios públicos y el imaginario social.
En más de medio siglo se duplicó la población que habita en ciudades y se multiplicaron los centros urbanos, una dinámica demográfica en que predominaba la migración del campo hacia las ciudades, y hemos pasado en pocas décadas a un movimiento poblacional que no privilegia las grandes urbes: existe más bien, por un lado, una movilidad al interior de las propias ciudades ya construidas, y por el otro, un crecimiento de ciudades medianas o pequeñas. Las grandes ciudades hace tiempo que perdieron la capacidad de absorción de esta población que migra en busca de mayores oportunidades de educación y de trabajo, no logrando insertar a los migrantes a su dinámica. Los jóvenes que salieron a estudiar regresan a su lugar de origen en busca de oportunidades que no encontraron en la gran ciudad.
Las ciudades, en función a su grado de consolidación, su importancia política y económica y su ubicación estratégica, responden a patrones diferentes de asentamiento poblacional: continúa el crecimiento de la periferia urbana, así como las invasiones y la autoconstrucción; pero a la vez crece la presión por la ocupación o re-ocupación de la ciudad construida. Algunos espacios se van densificando de manera acelerada; todo ello sin contar con una planificación sobre los usos del suelo, el equipamiento urbano, las infraestructuras de servicios. No se está evaluando el nivel de soporte que tiene el espacio para albergar a un mayor número de personas con niveles mínimos de calidad de hábitat.
Y estos procesos, que avanzan poco a poco, son invisibles para muchos, pero van configurando un nuevo patrón de urbanización y nuevas centralidades urbanas que será necesario tomar en cuenta en el análisis de ciudades, en un contexto de consolidación de los procesos de globalización.
Frente a los avances en el crecimiento de las ciudades, los problemas que observamos se deben básicamente:
1. Gobiernos subnacionales sin capacidades, ni recursos humanos competentes y sin instrumentos de gestión adecuados; gobiernos regionales que subsisten; el gasto en inversión pública y el poder económico sigue siendo centralizado.
2. El rol de la PCM y el MEF, no favorece al desarrollo local y mucho menos a la descentralización. La transferencia de recursos a los gobiernos subnacionales cada vez son menos.
3. A todas las ciudades le aplicamos los mismos reglamentos. A pesar que el Perú es un ejemplo de diversidad, el legislador piensa que todas las ciudades tienen los mismos problemas que Lima y aplican las mismas normas y políticas.
4. Las ciudades están ausentes en la reforma descentralista, y por otro lado se ha entendido que descentralizar equivale a desaparecer Lima.
5. El sistema urbano nacional está en crisis, no existe una jerarquía de roles y funciones entre las ciudades.
6. Descuido en la conservación de las ciudades históricas, carecemos de instrumentos específicos para el tratamiento de centros históricos.
7. El olvido a las municipalidades rurales, a pesar del reconocimiento formal y del régimen especial con que cuentan. Así también el olvido a las comunidades campesinas y nativas, no se dice nada en la Ley de Bases de la Descentralización.
8. Precariedad de la planificación urbana, no contamos con una Ley de Ordenamiento Territorial, no existe un Plan Nacional de Ordenamiento Territorial. La actual Ley Orgánica de Municipalidades refleja un caos respecto a la planificación, tan igual que la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales y la Ley de Bases de la Descentralización, ya que se consideran más de 17 tipos de planes que deben ser desarrollados en todos los niveles de gobiernos y actualmente sólo un 40% a nivel nacional han aplicado algunos planes de desarrollo local. Los gobiernos subnacionales no saben cómo aplicar los diferentes planes que se mencionan en las leyes, y algunos gobiernos locales aplican planes que no les corresponden. Asimismo los planes no son monitoreados en el tiempo, porque las municipalidades no cuentan con los recursos humanos especializados en temas de planificación.
En el reglamento de Acondicionamiento Territorial y Desarrollo Urbano D.S. N°004-2011-Vivienda aparecen planes que no se mencionan en la Ley Orgánica de Municipalidades, como son el Plan Específico, y la Unidad de Actuación Urbanística.
También la gestión no va de la mano con la planificación, se hace mucha gestión sin planificación o planificación sin gestión.
9. Los planes y políticas urbanas se encuentran desarticuladas, existen superposiciones y vacíos. El nivel nacional no se engarza con los planes de desarrollo regional y local.
10. La participación ciudadana está restringida, no se cumple a cabalidad lo que establece la Ley de Bases de la Descentralización, Art. 12 – Participación Ciudadana: “Los Gobiernos Regionales y Locales están obligados a promover la participación ciudadana en la formulación, debate y concertación de sus planes de desarrollo y presupuestos, y en la gestión pública”.
11. La escasa coordinación entre los diferentes actores públicos y privados.
12. Las normas urbanas son deficientes y desordenadas. Se han promulgado cientos de normas con modificatorias que no responden a un eje común. No hay un ordenamiento jurídico apropiado, y hay muchos profesionales que desconocen estas normativas.
Existen también leyes que más bien lo que hacen es quitar la autonomía de los gobiernos subnacionales.
13. Existe omisión de tratamiento de riesgos, la normatividad vigente no dice nada de la prevención de desastres naturales.
14. Existe un gran déficit de equipamiento urbano (educación, salud y recreación), se piensa que las ciudades, son ciudades dormitorio básicamente, no se piensa en la calidad de vida de las personas y la sostenibilidad de las ciudades.
15. El escaso conocimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio por parte de los ciudadanos, quienes en los procesos participativos presentan y eligen los proyectos para el programa de inversión local. El no conocer los objetivos y metas influye en la poca prioridad que les puedan dar a determinados temas al momento de la elección de proyectos para desarrollar.
Con todo lo mencionado, podemos decir que nos encontramos en una crisis generalizada de la administración urbana, donde parece ser que al Estado no le interesa el Ordenamiento Territorial, ni menos la Descentralización.
En un mundo globalizado con sus efectos positivos y negativos, el rol de las ciudades es decisivo tanto en lo económico, político y cultural, y la competitividad económica toma un valor importante. Tenemos Tecnología apropiada para la Construcción, nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), la Planificación Estratégica Innovativa, la Promoción de Servicios eficiente para la producción sobre el marco de la descentralización que se abre como una gran esperanza.
Pero las ciudades y regiones deben estar preparadas para poder enfrentarse a un nuevo mundo, competir no solo con los territorios aledaños sino pensar de manera global, para poder atraer residentes, turistas, inversionistas, y empresarios. En un mundo globalizado como el de ahora, los mercados no solo se reducen al ámbito local sino que estamos inmersos en un mundo global, en el cual los productores de nuestra localidad deben buscar nuevos mercados y potenciales compradores para sus productos y/o servicios.
Por un lado las ciudades están ausentes en la reforma descentralista, y por otro se ha entendido que descentralizar equivale a desaparecer Lima. Son las ciudades – región las que deben encabezar las propuestas de desarrollo local y regional. Las ciudades no van a crecer si no es en base a sus potencialidades.
El carácter estratégico del proceso de descentralización tiene una gran tarea que cumplir, particularmente en términos de la generación de espacios de decisión y de poder, fuera de los grandes núcleos urbanos ya constituidos en el país.
Por ello es importante:
1. Fortalecer el Sistema Nacional de Planeamiento, para ello es necesario contar con una Ley de Ordenamiento Territorial, para ordenar de manera racional nuestro territorio, corregir los desequilibrios nacionales y regionales, reducir la pobreza urbana y rural, mejorar las condiciones de vida, manejo responsable de los recursos naturales y facilitar y promover la inversión privada, entre otros.
2. Los gobiernos locales en el Perú, deben cumplir con el proceso de planeación local el cual es integral, permanente y participativo, articulando a las municipalidades con sus vecinos, promoviendo de esta manera el desarrollo integral, para viabilizar el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
3. Los procesos descentralistas madurarán más consistentemente a partir de esfuerzos generados desde los niveles locales; que apunten finalmente al reparto más equitativo del poder tanto en términos sociales como espaciales.
4. Se deben construir nuevos modelos de gestión urbana que sean democráticos y participativos, que tome en cuenta las diferencias de cada tipo de ciudad y los modelos económicos predominantes y esto debe estar reflejado en la ley Orgánica de municipalidades.
5. El Estado Peruano ya no debe seguir con el rol subsidiario, se debe exigir que la asignación de competencias, funciones y recursos a los gobiernos subnacionales se le otorgue de manera equilibrada y adecuada para una mejor prestación de los servicios a la comunidad. Es decir se requiere modernizar el Estado Peruano en todos sus niveles ofreciéndoles las capacidades necesarias para su sostenibilidad.
6. Integrar la dimensión económica, social y ambiental para asegurar el desarrollo sostenible. El Perú debe afrontar los desafíos ambientales dado por el crecimiento económico en los ámbitos urbano y rural.
7. Generar una nueva normatividad que aborte el tema de las ciudades de manera integral y que reconozcan la interrelación entre las políticas económicas y urbanas.
8. Se deben definir claramente cuáles son los principios rectores, que constituyen el corazón de las normas.
9. Se tiene que revisar, evaluar la actual Ley Orgánica de Municipalidades que vaya de acuerdo a su reglamento de Acondicionamiento Territorial y Desarrollo Urbano, el D.S. N°004-2001-Vivienda. Las leyes en el tiempo requieren ser modificadas, ya que nuestra ciudad es dinámica y no estática.
10. Se debe establecer urgentemente un régimen especial para el tratamiento de los centros históricos.
11. La descentralización será más exitosa si se respalda por objetivos de desarrollo al nivel nacional; por las vocaciones, ventajas comparativas y desafíos de cada distrito, provincia y departamento.
Sin embargo para que un Gobierno Local cuente con un adecuado banco de proyectos, estos no solo deben estar relacionados con su Plan de Desarrollo Concertado, sino también con los objetivos del Gobierno Nacional y éstos a su vez con los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM), que son 08: erradicar la pobreza extrema y el hambre; lograr la enseñanza primaria universal para todos los niños y niñas; promover la igualdad entre géneros; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; Combatir el VIH/sida; garantizar el sustento del medio ambiente; y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Finalmente, los peruanos necesitamos tener buena calidad de vida, un Estado eficaz que esté al servicio del desarrollo de todos y todas. Para lograrlo es necesario que nuestro país cuente con una nueva Visión de Desarrollo, un nuevo modelo, cambiar el paradigma; y para ello se necesita de la voluntad política. Sin una comprensión del territorio, y de la organización del mismo con una perspectiva descentralista, difícilmente podremos desarrollar las potencialidades de las ciudades; asimismo dado que el sistema urbano en su conjunto está en crisis es necesario que el tema de ciudad forme parte de la agenda pública del gobierno.
*Doctora, Arquitecta de profesión Ex Decana de los Consejo Nacional de Decanos de los Colegios Profesionales del Perú. Pass Decana Nacional de Colegio de Arquitectos del Perú