Por: Alberto Moreno Rojas.

Guardo respeto por la trayectoria vital y la calidad periodística de César Lévano, además de especial aprecio personal. Pero ello no puede ser obstáculo para soslayar opiniones suyas carentes de fundamento y seriedad, que agreden la verdad y dañan la imagen de organizaciones como es el caso del Partido Comunista del Perú – Patria Roja.

En su columna Razón Social del diario La Primera del día 4 de junio, bajo el título “Confusión en el Frente”, amparándose en sus “fuentes” llega a la conclusión de que “hay quienes desean unirse con Perú Posible y presentarse en liga con él bajo el escudo y los símbolos de Alejandro Toledo”; para agregar seguidamente: “esa táctica proviene de partidos políticos que integran el Frente”, incluyendo el nombre de Patria Roja.

Debo lamentar que la confusión se encuentre en el mismo articulista, bien falsamente informado o bien animado por prejuicios que tienen larga data.

En ninguna circunstancia organismo alguno del Partido en la ciudad Capital ha sugerido siquiera marchar bajo el símbolo del Partido del Sr. Toledo. La posición del Partido, dadas las características de Lima y la naturaleza de las elecciones en curso, ha sido y sigue siendo la unidad más amplia de las izquierdas y el progresismo, y desde esa posición tratar de comprometer a sectores del centro del espectro político. Pues si se va a participar en una lid electoral se busca ganar. Y ganar sin perder sus propios perfiles.

Pero se da el caso de que carecemos de inscripción en el Registro de Partidos Políticos, por lo que nuestro espacio de acción es limitado. Como parte de un proyecto de izquierda serio, maduro, participamos en la formación del Frente Amplio como conjunción de afiliados con derechos iguales, con una visión más allá de las elecciones de octubre próximo. Este proyecto se encuentra en un momento crítico y no por acción nuestra, desde luego.

En esta circunstancia bastante complicada para la izquierda peruana, en su momento tomaremos la decisión que corresponda con la participación de nuestras bases. Mientras tanto lo que corren son rumores que no tienen valor ni confirman nada. Y los rumores, se sabe, son eso y nada más.

La lucha electoral es importante, pero la disputa por puestos de elección no nos quita el sueño. Lo que sí nos preocupa es la desilusión de amplios sectores del pueblo que buscan una alternativa nueva y que no la sienten aún próxima.