MIRADA ZURDA
-
OPINIÓN
-
CULTURA
ARCHIVOS
VIDEOS Y ENTREVISTAS
Documento sin título Get the Flash Player to see the wordTube Media Player.
La censura a la Presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, ha puesto de manifiesto una crisis política que, más allá de los errores o inconsecuencias del gobierno, expresa una crisis mayor, la del Estado neoliberal, que abarca al conjunto de instituciones pilares del sistema. Colocado de espaldas al país, el Estado que debería ser el rector del desarrollo nacional, ordenador de la actividad económica, garante de los derechos humanos y los servicios básicos a la población, se ha transformado en una entidad subsidiaria del mercado, guardián de intereses privados, herramienta para empujar la privatización en beneficio de los poderosos, cómplice del saqueo de nuestros recursos naturales, intermediario de las grandes transnacionales, campo de acción de lobbystas y logreros, instrumento represor de las luchas populares.
En este contexto, la democracia liberal se ha convertido en una mascareta que encubre la acción de los poderes fácticos y el papel de los organismos financieros internacionales, que son realmente quiénes deciden sobre la vida de los peruanos. Asistimos a la descomposición moral que corroe las instituciones, al desborde de la corrupción, a la penetración del narcotráfico en los niveles del Estado, al reino de la mediocridad que se extiende por todas partes, a la degradación de la política, expresada en conductas pragmáticas, utilitaristas, mezquinas, o en vendettas propias de mafiosos.
Con la censura de Ana Jara, Ollanta Humala está contra las cuerdas. Ha seguido el triste destino de los traidores: menospreciado por quienes quería congraciarse, odiado por quienes traicionó. Se abre así la etapa más difícil de su gobierno. La derecha neoliberal, cuya punta de lanza está representada por el APRA y el fujimorismo, con el argumento del “consenso” pretenderá tener el control absoluto del nuevo gabinete colocando en el premierato a uno de los suyos. Puede ocurrir también que el Parlamento no le dé el voto de confianza al nuevo gabinete, con lo cual el presidente estaría facultado para cerrar el Congreso y convocar a elecciones anticipadas.
Cualesquiera sean los resultados, lo cierto es que se profundizará la inestabilidad política, situación en la cual la derecha neoliberal tratará de sacar el mejor partido, conjurar las amenazas marginando a los sectores que apuestan por el cambio y polarizando al país entre opciones de su mismo campo, con el objetivo de profundizar el modelo en el próximo quinquenio, y más allá. Manejos a los que no es ajena la ofensiva del imperialismo norteamericano y la derecha latinoamericana en su pretensión de modificar la actual correlación política, revertir los procesos de cambios a cargo de gobiernos progresistas y de izquierda en la región, bloquear la integración independiente lograda a través del ALBA, UNASUR y CELAC.
Todo esto nos coloca a los sectores democráticos, progresistas, patrióticos, de izquierda, a los movimientos regionales y organizaciones populares, a todos los que queremos cambios de fondo en el país, frente a la responsabilidad histórica de asumir unidos el reto de enfrentar la tendencia autoritaria que está en curso y abrir un nuevo rumbo para nuestra patria, accionando en el movimiento popular, en el terreno de las ideas y en el ámbito de la acción política. La unidad y solo la unidad nos permitirá enfrentar en mejores condiciones a los sectores decadentes que condenan a nuestro país al atraso permanente; por tanto toda actitud sectaria, corrosiva, que siembra el divisionismo entre los sectores populares debe ser considerada como un factor que trabaja a favor de la derecha cavernaria, y combatida sin cuartel.
La lucha por una nueva Constitución se coloca a la orden del día, pues a partir de ella lograremos reorientar la economía y recuperar el papel del Estado como factor de desarrollo nacional, garante de la soberanía nacional, la democracia, la descentralización, el bienestar para los peruanos. Con el proceso electoral del 2016 se abre una extraordinaria oportunidad para disputar con fuerza el escenario político. De todos nosotros depende aprovecharla. Solo la más amplia unidad de quienes aspiramos a un Perú distinto, puede darnos la fuerza suficiente para construir una alternativa democrática y patriótica con voluntad de victoria para detener la ofensiva neoliberal y autoritaria.
¡UN SOLO FRENTE, UN SOLO PROGRAMA, UN SOLO CANDIDATO!
¡NUEVA CONSTITUCIÓN PARA NUEVA REPÚBLICA!
¡GOBIERNO DEMOCRÁTICO, PATRIÓTICO, DESCENTRALISTA, DE ANCHA BASE SOCIAL!
Lima, 01 de abril del 2015
Buró Político del Comité Central