Por. Paúl Gutiérrez Ramírez
Una mentira, acaso la más frecuente que los voceros del gobierno repiten todos los días en los medios de comunicación es aquella que dice: “Esta ley les va a dar derechos a los jóvenes porque hoy no los tienen” .Y esto es falso,porque todo joven que ingresa a trabajar, como todo ciudadano, tiene derecho a ser incorporado a planillas, a CTS, vacaciones anuales de un mes, indemnización por despido, dos gratificaciones anuales TODO ESO YA ESTÁ EN LA LEY y las empresas tienen la obligación legal de reconocer esos derechos. La lógica barata de los voceros gubernamentales afirma que como los empresarios no cumplen con reconocer esos derechos, los mismos no existen, desaparecen como por arte de la magia de éste gobierno consentidor de los más fuertes, de los poderosos, a quienes otorga todos los beneficios y exoneraciones y como es lógico, no es capaz siquiera de cobrar una multa por infracción a las leyes laborales. En éste período la derecha lucha por hacer más formal la democracia burguesa. Nosotros asumimos consecuentemente la lucha democrática, luchamos porque se cumplan los derechos ganados por los trabajadores, reconocidos en sus propias leyes y por conquistar mayores derechos.
De manera que, con el nuevo régimen lo que verdaderamente se hace es REDUCIR LOS DERECHOS DE LOS JÓVENES CREÁNDOLES UN RÉGIMEN ESPECIAL DONDE PIERDEN LA MAYORÍA DE ESOS DERECHOS. Para decirlo más claramente SIN LA NUEVA LEY TENDRÍAN DERECHO A TODOS LOS “BENEFICIOS” QUE LE CORRESPONDE A CUALQUIER TRABAJADOR, CON LA NUEVA LEY LOS PIERDEN. Ganan los empresarios, grandes y medianos, pues como las otras, es esa una ley a su medida, a la medida de sus necesidades de menores “sobre costos laborales” para mayor ganancia y acumulación.
De ésta forma, podría suponerse que los jóvenes luchan hoy por mantenerse en el régimen laboral general y que se derogue el régimen especial juvenil. La pregunta sería: El régimen general de los trabajadores de la actividad privada es favorable a sus intereses? Evidentemente que no, éste régimen creó los intermediarios llamados “service”, los contratos a plazo fijo, terminó con la estabilidad en el trabajo reduciéndola a una burda “indemnización” de 1.5 sueldo por año trabajado, los contratos a tiempo parcial sin derechos, etc. En ese contexto además se dieron las Leyes de “Promoción de la Inversión” que por ejemplo en el agro mantiene un salario y condiciones de trabajo de explotación, un salario para sobrevivir, para seguir siendo mano de obra barata. Tal es y ha sido la lógica del neoliberalismo siempre, esa tesis trasnochada y cada vez más caduca que se han esforzado por introducir en el imaginario colectivo de que la inversión privada por sí sola y en cualquier condición es lo único que puede llevarnos al progreso, desarrollo y bienestar.
No, no se trata entonces de defender el régimen laboral general, que data en lo fundamental de la época del fujimorismo (Decreto Legislativo 728), ni de pelear solamente por permanecer en él. Se trata de ubicar la denominada “Ley del Régimen Laboral Especial Juvenil” dentro del conjunto de leyes antilaborales que tienen su punto de partida, su “respaldo” en la Constitución Neoliberal de 1993. Esta ley tiene, en consecuencia el mismo sustento “teórico” (promoción de la inversión privada, menos derechos a los que llaman “sobre costos laborales”), tiene los mismos favorecidos de siempre (los grandes y medianos empresarios) y los mismos perjudicados de siempre: los trabajadores peruanos, esta vez, los más jóvenes.
Es por ello que nosotros, dentro de la amplia coincidencia por traerse abajo la nefasta ley, vamos más allá. La legislación laboral neoliberal que se comenzó a implementar desde el fujimorismo, debe derogarse, ello implica una Nueva Constitución pues en esta Constitución de 1993 se ha introducido -además de todo su contenido antilaboral- una modificatoria a su articulo 103°(promulgada durante el Gobierno de Alejandro Toledo) para darle “legalidad” o “constitucionalidad” a la desaparición y/o reducción de los derechos laborales conquistados por los trabajadores.
La lucha es por tanto fundamentalmente politica y se ubica dentro de la contradicción entre el continuismo neoliberal por un lado y el cambio democrático popular por el otro. No es en los tribunales en los que se resolverá esta contradicción. Sin ser negado como un espacio de lucha, es más bien en el terreno de la lucha política de masas donde será posible ganarle al gobierno vendepatria y a la derecha, una batalla importante en tanto implique avanzar para romper el cerco ideológico que el neoliberalismo ha construido en millones de jóvenes, que a lo largo y ancho de la patria reaccionan y reafirman la esperanza de que sí, que un mundo mejor es posible y que ello requiere en éste período, la derrota del perverso modelo neoliberal.