MIRADA ZURDA
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Por: Ernesto Toledo Bruckmann.
RESUMEN
Desde el surgimiento de la República Popular China, en 1949, ese país asiático realizaría grandes esfuerzos por ampliar su área de influencia hacia su propio continente, África y América Latina, como fruto de una política en donde los líderes chinos querían rescatar su originalidad en el proceso revolucionario al poder hacer del marxismo una versión asiática. El “Pensamiento Mao Tse Tung” es un conjunto de aportes teóricos y prácticos al marxismo para ser aplicado a la realidad concreta de China. La histórica polémica y el deterioro de las relaciones entre el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y el Partido Comunista de China (PCCH) fue el escenario internacional para que el comunismo peruano se dividiera entre los seguidores de los postulados de ambas naciones.
1. ¿MAOÍSMO O PENSAMIENTO MAO TSE TUNG?
“Maoísta”, “pequinés” o “pro-chino” eran términos que servían para identificar a los seguidores- militantes orgánicos o no- del comunismo influenciado por los aportes de Mao Tse Tung. Oficialmente el Partido Comunista de China (PCCH) nunca utilizó el término “maoísmo”, excepto como palabra derivada; es “Pensamiento de Mao Tse Tung” o “Pensamiento Mao Tse Tung” los términos adoptados desde un inicio. De igual forma, algunos partidos fuera de China se autodenominan “Marxistas-Leninistas - Pensamiento Mao”. El no utilizar “maoísmo” refleja la idea de que Mao Tse Tung no modificó sustancialmente los planteamientos de Vladimir Ilich Ulianov “Lenin”, sino que los desarrolló y adaptó a las particularidades chinas.
Sin embargo, otros partidos comunistas consideran que Mao realizó aportes teóricos y prácticos que significaron un desarrollo sustancial del leninismo, por lo que se justificaría la denominación de “marxistas-leninistas-maoístas”
Los estatutos adoptados en el VII Congreso del PCCH estipulaban la adopción del Pensamiento de Mao Tse Tung, que integraba en la teoría marxista-leninista la práctica de la revolución china, como guía rectora de todo su trabajo. Para un considerable sector de comunistas en el mundo, el “Pensamiento de Mao Tse Tung” constituye una tercera etapa en el desarrollo del marxismo-leninismo. Galvarino Guerra asegura que esta definición es de la mayor importancia revolucionaria en el presente. Así como la aceptación del leninismo como segunda etapa del marxismo; ello “sirvió de piedra de toque para diferenciar a los revolucionarios auténticos, de los oportunistas y revisionistas de la segunda década del siglo XX” (GUERRA: 2005) Nótese que Guerra se refiere al “pensamiento de Mao Tse Tung” mas no al “Pensamiento Mao Tse Tung”, considerando aún que la primera edición de su libro es de 1970.
Fuera de China, “maoísmo” fue utilizado desde la década de 1960, generalmente de manera hostil, para describir a los opositores al comunismo aplicado en la Unión Soviética (URSS) Axel Ranque considera prematuro hablar de “maoísmo” en 1964- año de la ruptura del Partido Comunista Peruano (PCP) ya que ni los propios partidarios de Mao lo aceptaban; por el contario, éstos se consideraban “marxista- leninistas”, frente a los seguidores de la línea dictada desde Moscú (RANQUE, 1998)
Kostas Mavrakis señala que en 1961 algunos comunistas chinos hablaron por primera vez de “las tres etapas del marxismo” señalando el Pensamiento de Mao como “la tercera etapa”. (MAVRAKIS: 1976, 172) En el prefacio a la segunda edición del libro Citas del Presidente Mao Tse Tung, en diciembre de 1966, Lin Biao sostuvo que Mao elevó el marxismo-leninismo “a una etapa completamente nueva”; en el curso mismo de la Revolución Cultural, los miembros de la Guardia Roja (1) levantaron la formulación “marxismo-leninismo-maoísmo”.
Según Eduardo Ibarra, el aporte de Mao al marxismo leninismo debe denominarse “Pensamiento de Mao”, pues sus raíces históricas son las mismas que las del leninismo. El mismo Mao rechazó el término “maoísmo” (IBARRA, 2010)
Ibarra sostiene que hablar de “maoísmo” y del “marxismo – leninismo – maoísmo” en el Perú es remontarse a 1977, cuando el término fue usado por primera vez por el grupo político Puka Llacta (“Tierra roja” en idioma quechua); antes de ello se hablaba de “Pensamiento Mao Tse Tung”. Sin embargo, en la Tesis Doctoral “El Marxismo- Leninismo-Maoísmo”, de 1975, José Lora Cam considera que antes de la fundamentación como “ismo”, se habla del “Pensamiento Mao Tse Tung” que muchos partidos marxistas adoptan como ideología en el Perú y en América Latina, y de esa manera no se reconoce universalmente los aportes de Mao Tse Tung para hablar de “maoísmo”. (LORA: 1975)
2. PRIMEROS ACERCAMIENTOS
2.2. Diplomacia china en América Latina
La República Popular China enfatizó desde su nacimiento en una propaganda ideológica que consolidara su influencia política fuera de sus fronteras. Entre 1950 y 1959 aproximadamente mil doscientas personalidades de 19 países de América Latina visitaron China; en esa década, igualmente, China envió a la región conjuntos artísticos, delegaciones sindicales y grupos comerciales. Esto amplió su influencia, contribuyó a fortalecer una cierta comprensión mutua y el intercambio comercial y económico no oficial o semioficial alcanzó los 30 millones de dólares. (YOPO, 2011)
Ya en 1956 China tenía contactos con cinco países de América Latina, aunque de manera informal; hubo que esperar el final de esa década y el triunfo de la Revolución Cubana (1959) para que el país asiático captara realmente la amplitud del potencial revolucionario latinoamericano. La apertura de las relaciones diplomáticas con Cuba le facilitó el trabajo y la isla se convirtió en una puerta de ingreso de la propaganda china a gran escala en territorio latinoamericano. Sin embargo la presencia maoísta en Latinoamérica tiene diversas particularidades.
El Pensamiento Mao TseTung en Colombia se remonta a inicios de la década de 1950, expresándose en la experiencia de los grupos de autodefensa y lucha guerrillera durante los años 1949-1953, en la región del Davis, departamento de Tolima. Fue allí donde se dio un desarrollo de zonas de Poder Popular orientadas por el Partido Comunista de Colombia (PCC) (2) En 1964 el XXVI Pleno del Comité Central del PCC expulsó a importante cuadros por su adscripción maoísta. El conflicto chino-soviético llevará a que importantes sectores de la militancia se desvinculen y funden en 1965 el Partido Comunista de Colombia – Marxista Leninista.
En el caso de Bolivia, la influencia revolucionaria china tiene presencia por algunos miembros del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) quienes desde 1952 estuvieron interesados en China como un modelo económico de reformas políticas y económicas que esperaban aplicar en su país. Mientras tanto, los chinos esperaban que el gobierno de Víctor Paz Estensoro fuese el primero del hemisferio occidental en reconocer formalmente a la República Popular China. Las ideas de Mao también tuvieron un rol muy influyente en el movimiento minero boliviano, teniendo el asentamiento minero de Catavi un centro de militancia maoísta. China fue un punto de referencia para muchos bolivianos de izquierda; ya en 1954 el Programa ideológico y estatutos de la Central Obrera Boliviana (COB) aludía a la resonancia de la revolución china y la importancia de la experiencia china en la reforma agraria, la nacionalización de las fuentes principales de producción y el desarrollo y la diversificación de la economía.
Simon Strong asegura que aunque el pensamiento maoísta también encontró acogida en Bolivia, ni allí ni en Ecuador los indios fueron tan marginados étnica y económicamente por el Estado. Asimismo, señala que el comunismo maoísta ha ejercido mayor influencia en el Perú que en cualquier otro sitio fuera del Lejano Oriente, con la posible excepción de Mozambique y Angola. (STRONG: 1992. 87)
En México la influencia china se combinó con la revolución cubana para dividir al Partido Comunista y a los seguidores del sindicalista Vicente Lombardo Toledano, entre quienes consideraban que se debía seguir presionando al gobierno para adoptar políticas más cercanas al socialismo y quienes buscaban derribarlo por medio de la lucha armada.
En el Perú las relaciones con los países del bloque socialista estaban prohibidas, solo la Asociación de Amistad entre Perú y China era el nexo de la diplomacia informal en Pekín. En 1960 la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) fue sede de la “Semana de China”, donde se proyectaron películas y una serie de conferencias. (RANQUE, 1998)
La Asociación era la encargada de preparar a las personalidades que viajaban a China como parte de las delegaciones invitadas por Pekín. Entre 1959 y 1960 China promovió más de 200 viajes de delegaciones provenientes de 21 países. Entre 1961 y 1962 promovió 90 y 105 entre 1963-1964. Las delegaciones se componían principalmente de sindicalistas, periodistas, científicos y mujeres (JOHNSON, 1970) Ofrecían a los visitantes extranjeros los ingresos a complejos industriales, las comunas y la presentación de eventos culturales, a fin de mostrar los avances logrados en la construcción una nueva China.
Mientras los esfuerzos por domesticar las ideas chinas en América Latina evolucionaron de manera distinta en Perú, Bolivia y México, en cada uno de estos países el proceso de transmisión de estas ideas es notablemente similar. Dirigentes partidarios viajaron a China y al retornar a sus respectivos países diseminaron lo que consideraban las lecciones de la revolución china a través de reuniones partidarias y foros públicos, así como en libros y artículos. Los partidos y una organizada red de activistas trabajaron arduamente para distribuir propaganda donde se promovían las ideas revolucionarias de Mao.
En febrero de 1962 y antes de la ruptura chino soviética apareció el Partido Comunista del Brasil (PC do B), opuesto a la llamada “desestalinizaciòn” de la URSS; si en enero de 1963 el PC do B se alineó oficialmente al PCCH, debió esperar hasta setiembre para que Pekín lo reconociera. Ya para ese momento el PCCH reajustaba su línea de conducta frente a los Partidos Comunistas, dando los primeros pasos hacia la formación de un movimiento maoísta, paralelo al Movimiento Comunista Internacional. Se lanzó al encuentro de dirigentes de izquierda y llamó a los egresados de sus escuelas de cuadros para establecer directivas, al mismo tiempo que divulgaba intensamente sus artículos de polémica con el PCUS.
Los dirigentes chinos hicieron impacto en las capas radicalizadas de la pequeña burguesía latinoamericana, que veían en Mao a una especie de Fidel Castro chino. En 1963 aparecerá el Partido Comunista del Ecuador (ML), en 1964 el Partido Comunista Revolucionario de Chile, y en 1965 el Partido Comunista de Bolivia (MLM)
El común denominador de todos ellos fue criticar la “Coexistencia Pacífica” con el imperialismo, enfatizar en la necesidad de la lucha armada. (3) Luego de separarse de sus respectivos partidos de línea pro-soviética, las nuevas organizaciones tipificaban a sus sociedades como semifeudales y semicoloniales, dependientes del imperialismo y con un desarrollo económico desigual; con ello pretendían demostrar la posibilidad de explicar la situación de los países basándose en las ideas de Mao acerca de la revolución y los métodos y técnicas necesarios para llevarlo a cabo.
2.2. Del “Camino de Yenán” a Alfonso Barrantes y Zhou Enlai
En 1951 Eudocio Ravines, quien ostentaba formalmente la Secretaría General del PCP, aunque haciendo abandono de su cargo, publicó en New York “TheYenan way” (“El camino de Yenán” en español), donde describe un ficticio encuentro con Mao Tse Tung en el Kremlin, en 1934. En encuentro resultó falso pues Mao nunca salió de china sino después de 1949.
En 1958 el entonces militante de la Juventud Aprista y dirigente de la Federación Universitaria de San Marcos (FUS), Alfonso Barrantes Lingán, viajó a China. Barrantes había sido expulsado del APRA por encabezar una protesta contra la visita del vicepresidente norteamericano Richard Nixon al Perú. Barrantes participó en el V Congreso Internacional de Estudiantes, hecho que marcó su ingreso al PCP, en el cual militó hasta mediados de la década de 1960. Barrantes sostuvo una conversación con el líder chino Chou En Lai, quien le obsequió un lapicero, el mismo que luciría muchos años como su más preciada gala. Aunque su viaje también contempló la URSS, La experiencia china fue determinante para cuestionar al APRA y asumir el comunismo. (CUBAS: 2001)
Después, cuando la escisión en el Movimiento Comunista Internacional repercutió en el PCP, Barrantes – según testimonio de Gustavo Espinoza Montesinos- dijo que no se iría con los seguidores de Mao por no ser fraccionalista y tampoco seguiría la línea oficial de Moscú “porque se consideraba maoísta”.
2.3. PCCH Y PCP cara a cara: 1959
Como consecuencia de los cambios introducidos en la política interior y exterior de la República Popular China a partir de 1958 y tras el triunfo de la Revolución Cubana, se produjo un súbito aumento del interés de Pekín por los países de la América Latina. Ya en 1957 los chinos recurrían a emisiones de Radio Pekín en español; si las trasmisiones en onda corta eran inicialmente de siete horas por semana, en 1962 llegarían a 28 horas. La misma tendencia se observaría en las emisiones en portugués para Brasil.
El primer acercamiento oficial del PCCH con el PCP se registra a inicios de 1959, cuando China organizó en Pekín un seminario de cinco meses y en el que asistieron las delegaciones de 12 partidos comunistas latinoamericanos.
La versión en inglés de la revista “Peking Review” (Pekín informa) del 10 de marzo de 1959 se refiere a la visita: “Mao Tse Tung, Presidente del Comité Central del Partido Comunista de China, se reunió con los líderes de los partidos hermanos de doce países latinoamericanos que visitaban China y sostuvo conversaciones cordiales con ellos en Chegchow, centro de China, el 3 de marzo” (PEKÍN INFORMA” Nº10, 10/3/1959 P.10)
Entre los asistentes menciona a Raúl Acosta como secretario general y a Jorge Del Prado como miembro del Comité Central del Partido Comunista Peruano, además de José Sotomayor, Saturnino Paredes, Juan Soria y el pintor arequipeño Carlos De la Riva; todos ellos fueron recibidos por el secretario general del PCCH Ten Siao Ping.
Sotomayor señalaba que el ciclo de estudios trataba acerca de la revolución china; desde un principio los dirigentes chinos tenían un plan de estudios preparado de antemano y la previa consulta hecha a los invitados acerca de las materias que debían tocarse, resultó un mero formalismo, al punto que la petición hecha por peruanos y ecuatorianos sobre la necesidad de considerar la cuestión de las minorías nacionales en China, no fue tomada en cuenta.
Sotomayor recuerda: “Estaba claro, para todos los que hicimos este aleccionador recorrido, que en la República Popular China no podían repetirse exacta y mecánicamente las experiencias acumuladas por la URSS en la edificación del socialismo. Por eso mismo, estábamos ansiosos de conocer los aportes hechos por el PCCH al acervo general de enseñanzas en la edificación de la nueva sociedad.” (SOTOMAYOR: 1979) Curiosamente Sotomayor no hace mención de la asistencia de Del Prado y Soria.
Los cursos versaron sobre cuestiones planteadas con toda amplitud en las obras de Mao TseTung y los trabajos de los dirigentes chinos: El Frente Amplio, el Problema Campesino, la Línea de Masas, la Lucha Armada en la revolución China, el PCCH en condiciones de clandestinidad y en momentos de legalidad, las luchas dentro del Partido y el pensamiento filosófico de Mao. El profesor de cada materia insistía en que se tuviera en cuenta que las exposiciones se referían a las enseñanzas que el PCCH había extraído de la revolución china y que no debían copiarse. Sin embargo, después de cinco meses de estudios en Pekín, la gran mayoría volvió a su país de origen con la seguridad de que, en lo fundamental, el camino recorrido por la revolución china tendría que repetirse en los países de América Latina.
3. LOS TUSANS PERUANOS FRENTE A LA NUEVA REPÚBLICA
Si por un lado, el PCP sostenía problemas internos, esto no involucraba a ciudadanos chinos o tusans, quienes a partir de 1930 prefirieron sumarse a las filas del APRA- primero como frente antiimperialista y luego como Partido Aprista Peruano.
Mientras a inicios de 1930 los comunistas chinos luchaban en su país por sobrevivir en medio de la represión nacionalista, el Partido Nacionalista chino Kuomintang tenía una cede en el Perú y contaba con el liderazgo de Carlos Pun, quien llegó a Lima en 1923 y estableció su consultorio de Medicina Herbolaria China. Fuentes comunistas que no quisieron identificase aseguraban que Carlos Pun fue la cabeza del Kuomintang en América Latina y que posteriormente se aprovecharía de los alineamientos de la Guerra Fría, a partir de 1947.
El Kuomintang, al mando de Chang Kai-shek fue derrotado por los comunistas en 1949 e inmediatamente se refugió en la isla de Taiwán. Ello produjo la llegada a la isla de aproximadamente dos millones de chinos continentales. La posición política nacionalista de los chinos y tusan peruanos no cambió y reconocieron la soberanía de la flamante “República de China”, en oposición a la República Popular China que vio a Taiwán como una provincia.
Los chinos y tusans peruanos tomaron partida, mayoritariamente por el bando nacionalista. En diciembre de 1953 el n° 259 de la Revista Oriental señalaba con pesimismo: “’China no ha Logrado la paz’ ¿Cómo podía ser que la coalición de las democracias fuera capaz de restablecer la paz? ¿Qué implicaría la Guerra Fría y cuál sería el futuro de Taiwán?” (LAUSENT: 2009. 131)
La paz llegada a China continental no se reflejaba en ultramar; una secuela de los conflictos del Kuomintang y el PCCH al interior de la colonia china en el Perú se dio a través del control de las sociedades tradicionales chinas; ocasionalmente se registraban batallas campales en el barrio chino, donde se ubicaban la Sociedad de Beneficencia China (Ton Huy Chong Koc) fundada en 1882 con el fin de brindar diverso apoyo solidario a los miembros de la colonia china peruana; la Cu Con Chau (fundada en 1868), Pun Yui (1888) y la TungSing (1868), poseedora de un templo taoísta.
En el transcurso de la segunda mitad del siglo XX, en Asia y América Latina, se fundaron organizaciones que afirmaron su identidad y su existencia en la lucha contra el comunismo. Esas organizaciones trascendieron las fronteras de sus países de origen y estrecharon lazos a través de congresos internacionales anticomunistas realizados a lo largo del periodo.
Entre 1950 y 1955 se prohibió la entrada y salida de chinos en el Perú; por razones políticas, en abril de 1955 el embajador Chu Shushi obtuvo el permiso para que los chinos en el Perú tengan el derecho a viajar solo a Taiwán. Posteriormente, una petición se hizo sobre la base de una autorización de retorno y entrada para los chinos que habían sido retenidos en la República Popular China o que tenían un familiar en el Perú y deseaba salir de China. La nueva ley de inmigración para chinos y japoneses del 3 de febrero de 1958 permitió la entrada de sólo 150 personas al año.
Un año antes, del 10 al 14 de abril de 1957, Lima era la sede del III Congreso Continental Anticomunista, organizado por la Confederación Interamericana de Defensa del Continente, la misma que, opuesta “la Infiltración Soviética en América Latina”, aprobó la “Declaración de Lima”, que invitaba a los Estados Unidos y a Canadá a formar parte de la futura Unión Americana Anticomunista.
4. El XX CONGRESO DEL PCUS COMO PUNTO DE INFLEXIÓN
El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), celebrado en febrero de 1956, es considerado comúnmente como el evento que introdujo el punto de inflexión que daría lugar a la crisis general del Movimiento Comunista Internacional; esto debido a que provocaría la división ideológica, política y organizativa que recorrerá todos los destacamentos comunistas del mundo. Como delegado invitado al Congreso, el PCP mandaría a Isidoro Gamarra, quien acababa de salir de prisión y estaba en proceso de recuperación. Para el partido fue una novedad pues era la primera vez que el PCUS extendía una invitación oficial al PCP para asistir a un congreso interno.
En el Informe General el secretario general del PCUS, Nikita Kruschov expuso el cambio de orientación de la política partidaria; ante el peligro de una nueva guerra mundial nuclear y la consiguiente destrucción de la humanidad, se planteó establecer una nueva manera de “Coexistencia Pacífica” y la entronización de la existencia de diferentes e independientes vías de acceso al socialismo según las características de cada país.
Los críticos a ésta posición señalaban que el PCUS buscaba someter a los países de la tierra ya que en ese momento, sólo la URSS y los Estados Unidos poseían armas nucleares. Ambos, en nombre de la paz, se encargarían de establecer un sistema de competencia entre imperialistas por la dirección del mundo. Esta nueva política imponía a los distintos partidos comunistas la propia búsqueda de una salida revolucionaria nacional sin interferencias de otros Estados o partidos hermanos, lo cual evitaría la reconstitución de la Komintern.
La mayoría de partidos comunistas provenientes de países capitalistas, con asentadas democracias parlamentarias y una potente aristocracia obrera, en gran parte encuadrada en torno a los comunistas, se sumaron con entusiasmo a esta política y cuestionaron abiertamente la vía de la violencia revolucionaria para la toma del poder.
El informe que pasó predominantemente a la historia del XX Congreso es el llamado “Discurso Secreto”. Bajo el nombre oficial “Acerca del culto a la personalidad y sus consecuencias” y pronunciado en sesión reservada, sin participación de invitados extranjeros, Krushchov denunció los crímenes de Stalin y la represión durante la llamada “Gran Purga” en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. (4)
El “Discurso Secreto” se dio en momentos en que se producía una aguda lucha en el seno de la clase dominante del PCUS; el sector liberal dirigido por Kruschev se enfrentaba al sector más “stalinista” que pretendía proseguir la línea centralista-estatalista. Aunque el informe sirvió para desmembrar al sector más conservador dentro del Estado y el PCUS, las críticas, a partir de entonces, provendrán de otros partidos. En el plano económico, Kruschev proponía una serie de reformas que regulen la participación estatal; estas serían conocidas como la “Reforma Liberman”. (5)
Posteriormente, el “Discurso Secreto” produjo una verdadera conmoción en las filas del PCP; un sector de militantes veteranos se sentía agraviado ya que parte fundamental de su formación era la lealtad absoluta al primer país socialista, al PCUS, a Lenin y a Stalin. La lucha abierta contra las corrientes anticomunistas y antisoviéticas se manifestaba en la defensa de la persona de Stalin. Sin embargo, para los militantes jóvenes no significó lo mismo; muchos provenían del APRA y otras tiendas políticas por lo que ello les sirvió para justificar su tardía militancia en el PCP.
Hasta antes del XX Congreso del PCUS, el PCP nunca se había planteado el problema de las vías “pacifica” o “violenta” ya que se sobreentendía que la forma de tomar el poder dependía de las condiciones y circunstancias, de la forma cómo iba a desarrollarse la lucha de clases. El grueso de la militancia tenía en mente que las clases dominantes no cederían sus posiciones en el poder sin lucha a muerte con los revolucionarios.
Para Isaac Deutscher, “la obediencia de Mao al Stalin vivo le obligaba a obedecer también al Stalin muerto”. La afinidad del maoísmo con el stalinismo residía en la necesidad de mantener cultos establecidos y rituales mágicos encaminados a impresionar a espíritus primitivos e incultos. A su entender, “no hay duda de que algún día China saldrá de estas toscas formas de ideología ritualista, de la misma manera que la URSS está desarrollándose fuera de ellas; pero este día no ha llegado aún.”, aunque esto lo dijo en 1964. (DEUTSCHER: 2012. S/N)
Sobre el PCCH Kruschov dijo: “El Partido Comunista de China, como auténtico partido de la clase obrera, lleva a cabo una política tan hábil, que tiene en cuenta las condiciones nacionales y sociales de su país, que une a las personas y aglutina a los pueblos de China para avanzar rápidamente hacia el socialismo” En su mismo discurso dirigido a los delegados de la Asamblea de Representantes populares de China en vita a Moscú, expuso: “En China la revolución se desarrolla en originales formas, en las que parte de la burguesía nacional y patriótica participa con los obreros, los campesinos y los intelectuales en la construcción de la nueva sociedad”. (FALCÒN: 1959. 43)
También 1956 fue año congresal para China; en septiembre el PCCH, quien contaba con 10.730.000 miembros en todo el país, celebró su VIII Congreso; estuvieron presentes más de 50 delegaciones de Partidos Comunistas y Obreros extranjeros, así como representantes de los diversos partidos democráticos y personalidades sin partido. El PCP no envió ninguna delegación. Se trató del primer Congreso partidario tras la toma del poder en 1949, y apuntó que la principal contradicción en China ya no era la generada entre la burguesía y el proletariado, sino la que derivada de las necesidades del pueblo y de un rápido crecimiento económico y cultural que estuviera a la altura para satisfacer sus necesidades.
Hasta ese momento el PCP no mantenía relaciones con los comunistas chinos; los vínculos eran soterrados debido a la distancia geográfica y la precariedad de los medios de comunicación; lo mismo sucedía con la URSS. Ante lo delictivo que resultaba mantener relaciones diplomáticas con algún país socialista, los vínculos con el PCUS se daban por intermedio de la Embajada soviética en Chile.
En 1958 tomaba cuerpo una discusión expresada frecuentemente con términos violentos; cuando los rusos hablaban de los albaneses y de dogmatismo, se referían a los chinos; de otro lado, cuando los chinos hablaban de los yugoslavos y de revisionismo, se referían a los rusos. Según Crankshaw, durante largo tiempo, un mayoritario grupo de observadores occidentales informados se negó a reconocer tales ecuaciones. (CRANKSHAW: 1963)
Jruschov acusaba a China de temeridad al hablar de guerra inevitable, de alentar y apoyar esfuerzos revolucionarios que podría conducir a una guerra, de comprometer la unidad del mundo comunista al negarse a atenerse a las decisiones de la mayoría, tomadas por los partidos fraternales en cónclave. Ante la simbolización de Mao acerca de que los imperialistas eran “tigres de papel” (6), el líder soviético replicaba de que esos “tigres de papel” tienen “dientes nucleares”, aludiendo a China.
5. EL TRIUNFO DE LA REVOLUCION CUBANA Y LAS DOS VÍAS
El patriotismo latinoamericano, manifestado en el apoyo irrestricto a la Revolución Cubana en su enfrentamiento con Washington y bajo la consigna: “¡Cuba sí, yanqui no!”, no contradecía la adhesión comunista a la política soviética. Eventualmente la relación Cuba- URSS era presentada en la isla como una relación entre iguales y una conversión de los líderes soviéticos a una fe renovada por obra y gracia de la revolución cubana: “¿Fidel”¿Fidel comunista?: Nikita fidelista”, rezaban los grafittisen las paredes de La Habana.
En “Los orígenes de la nueva izquierda en el Perú: la izquierda guerrillera (periodo 1965- 1967”, Héctor Béjar escribió: “Para los comunistas, la Revolución Cubana planteaba cuestiones que hasta ese momento no habían existido en el debate político: la cuestión de la toma del poder como objetivo del movimiento revolucionario; la posibilidad de hacer la revolución como objetivo inmediato y no lejano; la posibilidad de la lucha armada; el carácter prescindible de aportar la ideología marxista- leninista para hacer la revolución en América latina; la calidad revolucionaria de sectores de la pequeña burguesía por encima del proletariado clásico, de cuya acción se había esperado hasta entonces una revolución futura; el rol revolucionario del campesinado, que ya había demostrado en el curso de la Revolución China; la relativa obsolescencia de los partidos comunistas como instrumentos adecuados para hacer la revolución”. (LUST: 2013. 32)
La influencia del triunfo de la Revolución Cubana llegó al Perú; fortaleció el movimiento antiimperialista, la lucha por la Reforma Agraria y la recuperación de los recursos naturales. El PCP aprovechó la resonancia del proceso cubano para impulsar junto a organizaciones sindicales y personalidades vinculadas a la izquierda, la conformación del Frente Nacional de Defensa del Petróleo y del Frente de Liberación Nacional (FLN), con la participación del general César Pando Egúsquiza y el sacerdote Salomón Bolo. De otro lado, los ex militantes de la Juventud del PCP, dirigidos por Héctor Béjar y Juan Pablo Chang, formaron el Ejército de Liberación Nacional (ELN)
Lourdes Bruckmann, quien fuera dirigente de la Juventud Comunista Peruana (JCP) recordará: “La posición de la JCP a inicios de 1960 tenía que ver con un malestar que venía de la segunda mitad de la década de 1950, donde hubo divisiones, salidas y expulsiones. La JCP reclamaba ante la dirección totalmente centralizada; luego viene la Revolución Cubana que da una luminosidad a Latinoamérica y la juventud entusiasmada clamaba ¿porqué no luchamos por el poder? Oficialmente el PCP apoyó la Revolución Cubana porque además era apoyada por Moscú.” (7)
Por su parte, el docente universitario y ex militante del PCP Gerardo Benavides señala que en el aspecto teórico, un cambio producido por la revolución cubana fue el propio concepto de partido. “Hasta antes de la Revolución Cubana el partido era único y después podían haber partidos que no necesariamente venían del PCP; esa también fue la experiencia de Cubana pues ellos no venían del Partido Comunista Cubano sino del Partido Ortodoxo, que tenía a su interior militantes provenientes del comunismo cubano” (8) En el caso peruano, el ELN nunca se consideró un partido aparte sino “el brazo armado del partido”, aunque no se determinó de qué partido.
A través de estos organismos se desarrolló una campaña masiva de solidaridad con Cuba; sin embargo el gobierno de Manuel Prado, aliado con el APRA y en concordancia con los planes del Departamento de Estado norteamericano, impulsó en 1960 una campaña anticomunista, rompiendo relaciones diplomáticas con Cuba y Checoslovaquia.
Los parlamentarios apristas propusieron en la Cámara de Diputados la modificatoria del Art. 53 de la Constitución Política vigente, la misma que excluía de cualquier postulación a cargo público a “partidos internacionales” pero con la intención de que la discriminación y represión política afectara, única y exclusivamente al PCP. Desde los Ministerios de Educación y de Trabajo, funcionarios apristas pugnaron por colocar en los colegios y sindicatos a sus partidarios, sin considerar la calificación profesional ni los procedimientos democráticos.
No obstante, los comunistas fueron ganando posiciones en el movimiento sindical, aislando cada vez más a la dirección de la Confederación de Trabajadores del Perú CTP, encabezada por Arturo Sabroso. El PCP desarrolló también una intensa actividad organizando sindicatos campesinos y encabezando sus luchas, particularmente en lo referente a la recuperación de tierras.
La XIII Sesión plenaria del PCP instaba a la militancia “retomar el camino de Mariátegui para conducir acertadamente a nuestro pueblo hacia su liberación” (9) Para 1960 la III Conferencia Nacional era clara en sus relaciones con China: “El apoyo de la URSS y de todos los países del mundo socialista a la Revolución Cubana, constituye una ayuda firme a la lucha emancipadora de todos los pueblos oprimidos del mundo, especialmente a la lucha que libran en estos momentos los pueblos latinoamericanos contra el imperialismo yanqui. Esta es una razón más para que los comunistas peruanos, la clase obrera, el pueblo en general y todos los sectores democráticos y verdaderamente patrióticos, luchen por el establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con la Unión Soviética, la República Popular China y demás países socialistas.” (JIMÉNEZ: 2000)
Si Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre aseguran que la repercusión de la revolución cubana en América Latina atizó la lucha ideológica en el Perú sobre las entonces llamadas “dos vías”, “la pacífica” y “la violenta” (GUZMÁN, IPARRAGUIRRE 2014.30), Francisco Del Carpio considera que la ésta fue aprovechada por los intereses chinos, teniendo la virtud de “latinoamericanizar” los partidos comunistas. Las organizaciones juveniles de izquierda, incluida la JCP, comenzaron a mirar más a La Habana que a Moscú y a leer más a Fidel Castro que a Lenin; “Esto fue aprovechado por China para meterse en baza y orientar su polémica con la Unión Soviética hacia nuestro continente, dándole una connotación universal de lucha entre el bien y el mal, entre la revolución y la contrarrevolución, entre el marxismo-leninismo y el revisionismo contemporáneo (la URSS). Jugó a favor de los dirigentes chinos y sus seguidores aquí, el hecho de que la revolución cubana fuera producto de una insurrección armada: Esto abonaba su tesis sobre el carácter de la revolución contraria a la ‘vía pacífica’ supuestamente patrocinada por la URSS. La polémica chino soviética, en nuestro medio, no fue factor de enfrentamiento aunque en 1962 la revista del FER, dirigida por Víctor Cadenas, ya publicó un artículo sobre las contradicciones escrito por Mao TseTung refutado en la misma revista por otro de Héctor Ballón.” (DEL CARPIO: 2012.s/n)
La “Coexistencia pacífica” fue materia de burlas por el propio Estado peruano, aún ignorante de la magnitud de los problemas al interior del Movimiento Comunista Internacional: “Después de la ‘cacareada’ coexistencia pacífica falsamente preconizada por NikitaKruschof (1956), se realizó en Moscú en 1959 el XXI Congreso del Partido Comunista Internacional. Financiados con el oro del amo moscovita, viajaron también a Rusia 19 delegaciones de Latinoamérica. En este Congreso recibieron los planteamientos de la estrategia del comunismo internacional para reavivar las convulsiones sociales, como un medio de llevar adelante la revolución proletaria en América Latina, en la que los resplandores de la estrella roja de Moscú se habían proyectado implacables sobre Cuba, conquistando una cabeza de playa en la otrora patria libre de Martí” (Ministerio de Guerra: 1966, 10)
6. “COMPRE, LEA Y DIFUNDA…”
La casi totalidad de publicaciones comunistas peruanas seguían fielmente las directivas soviéticas; aquellas que simpatizaron con las definiciones político-ideológicas de Mao y el proceso revolucionario chino tenían como origen el extranjero.
Para 1931 circuló entre los militantes del aún incipiente PCP, “Una sola chispa puede incendiar la pradera” de Mao TseTung, publicado por una editorial chilena no identificada. Seis años después la Editorial chilena Vida Nueva sacó a la venta escasos ejemplares de “A propósito de la práctica en torno a la contradicción”
Editorial Progreso fue fundada en 1931, bajo el nombre de Editorial de los Trabajadores Extranjeros en la URSS; en 1939 cambió su nombre a Editorial de Literatura Extranjera y luego de una reorganización en 1963; finalmente Editorial Progreso.
Los referentes latinoamericanos más serios tuvieron como origen el aparato de prensa del Partido Comunista Argentino (PCA) y sus crónicas de viajes. Desde 1949 el PCA puso en circulación artículos periodísticos y folletos sobre los últimos acontecimientos chinos.
Desde la década de 1950 los comunistas latinoamericanos, recurriendo a editoras legales, publicaban esporádicamente textos comunistas de corte chino. De Cuba llegó “Selección de trabajos”. Editorial Nueva China- La Habana (1951) Asimismo, de editorial Nueva Vida de Chile llegaron “La nueva democracia” (1952) y “A propósito de la práctica- en torno a la contradicción” (1953) y “En torno a la rectificación de las ideas incorrectas en el partido” de Editorial Lautaro (1954) Entre las editoriales argentinas que llegaban se encontraban Cartago, Renacimiento, Progreso, Problemas, Claridad, Futuro y Platina. Por la cercanía geográfica, muchas publicaciones llegaban a Arequipa y Cusco antes que a Lima; de Chile llegaba la editorial Lautaro y de México Grijalbo.
Axel Ranque asegura que la doctrina política de Mao Tse- Tung llegó al Perú en 1953 con una versión francesa del libro De la Nouvelle démocratie, comprado en una librería francesa de Lima y traducido posteriormente para el manejo interno de jóvenes marxistas ávidos de información.
Según Ranque, la reproducción del folleto traducido generó el interés de amplios círculos de activistas, quienes formarían grupos de estudio. Otros textos llegaban ilegalmente desde Argentina y Bolivia; asimismo la Komintern enviaba textos sobre estrategia militar entre 1955 y 1956, poco antes del final del régimen del general Odría.
El éxito que obtuvieron los textos de autores chinos fue tal que el sector pro – chino del PCP publicó una carta donde hacíareferencia a la revolución china para determinar el carácter de clase del gobierno de Manuel Prado Ugarteche (RANQUE, 1998)
Desde la segunda mitad de la década se puso en circulación libros editados en China, especialmente las obras escogidas de Mao y otros textos sobre la reforma agraria y la industrialización; todas ellas con el sello de Ediciones en Lenguas Extranjeras Pekín.
Entre las primeras publicaciones estaban: “Informe sobre el proyecto de Constitución de la República Popular China” (1956); “Documentos del 8vo. Congreso del PCCH” (1957); “Refutación al revisionismo moderno. Recopilación de editoriales y artículos importantes sobre el revisionismo moderno” (1958); “Refutación al revisionismo moderno” (1958); “Constitución de la República Popular China” (1958); “China alcanzará y sobrepasará a Inglaterra” (1958); “Guía de la nueva China” (1958); “Treinta años del Partido Comunista Chino” (1958); “Palabras del camarada Mao TseTung sobre ‘El imperialismo y todos los reaccionarios son tigres de papel´” (1958); “Documentos de la 2da sesión del 8vo. Congreso del PCCH” (1958); “Que cien flores se abran; que compitan cien escuelas ideológicas” (1958); “Sobre la acertada manera de resolver las contradicciones en el seno del pueblo” (1958) El 4 de marzo de ese mismo año apareció la edición en idioma inglés de la revista Beijing Review, conocida posteriormente y en idioma español como Pekín Informa.
Contra el liberalismo (1959); La cuestión de la independencia y la autonomía en el frente único. (1959); Sobre la dictadura de la democracia popular (1959); Análisis de las clases en la sociedad china (1959); Poemas- Mao TseTung (1959); La Revolución China y el PCCH (1959); Nuestro estudio y la situación actual (1959); Sobre la contradicción (1959); Obras escogidas 1926-1938 (1959); Ley de reforma agraria de la República Popular China (1959); El camino de la cooperación agrícola en China. porTung-Da-Lin (1959); El pueblo chino construye la industria impetuosamente (1959); Ley de reforma agraria de la República Popular China: seguido de otros documentos relativos a ella (1959)
Hasta ese momento el Perú no figuraba entre los países latinoamericanos que colmara el interés chino. La primera referencia que la revistahace del Perú es literaria. En su Nº5, (3 de febrero de 1959. Pág.9), la revista señala: “Foreignliterature.- Many translations of modernn and classical Works by foreign writers are on this year’s list (…) Literatury Works from Asia, Africa and Latin America will receive special attention this year.” :“(Literatura Extranjera.- Muchastraducciones de obras modernas y clásicos de autores extranjeros se encuentran en la lista de esteaño(…) Obras literarias de Asia, Áfricay América Latinaserán objeto de especial atención este año.) A la lista en que aparecen los cubanos José Martí y Nicolás Guillén, el chileno Pablo Neruda, el mexicano José Mancisidor, la brasileña Alina Paim, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, los argentinos Ricardo Giraldes y Vicente Fidel López, y el haitiano Jaques Alexis, también se menciona la traducción de PeruvianTraditionsby R. Palma of Peru.(Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma del Perú)” (PEKÍN INFORMA nº5: 3/2/1959, 19)
El flujo de venta de libros con temática china se acrecentó con la apertura de la embajada china en Cuba y la mayor circulación de Beijing Review, que inició sus publicaciones en idioma español desde 1963. A estos impresos se suma la propaganda difundida por “Radio Pekín” en onda corta. De este modo los libros, la revista y la transmisión radiofónica vehiculizaron una propaganda irradiada por el estado chino que circulaba paralelamente a las iniciativas editoriales de la izquierda peruana. Sin embargo, Gerardo Benavides asegura que las publicaciones de Ediciones en Lenguas Extranjeras Pekín, incluso las editadas en la década de 1950, llegaron recién al Perú a finales de 1963, aunque circulaban clandestinamente. “Hasta 1964 había proscripción de literatura comunista. Los libros comunistas estaban prohibidos, incluso esto se dio hasta el primer gobierno de Fernando Belaúnde.” Contrariamente, Gustavo Espinoza asegura que la circulación de textos marxistas no era clandestina pero tampoco legal, por lo que muy frecuentemente la Aduana requisaba un porcentaje de cargamento de libros.
Iniciando la década de 1960 las publicaciones chinas en idioma castellano no se hicieron esperar. Ediciones en Lenguas Extranjeras Pekín llegaba a Lima, aunque de manera muy limitada en su distribución. Los primeros títulos fueron:
“Un brillante decenio”, por LiuShao-Chi (1960); “La comuna popular” (1960); “Breve historia de la literatura china”, por Feng Yuang-Chin (1960); “Acerca de algunos problemas de los métodos de dirección” (1961); “Problemas de la cooperación agrícola” (1961); “Los problemas tácticos en el actual frente unido anti japonés” (1961); “Intervenciones en la conferencia de yenan sobre Arte y Literatura” (1962); “Sobre las negociaciones de Chungching” (1962); “Sobre algunos problemas importantes de la actual política del partido” (1962); “Discurso pronunciado en una conferencia de cuadros de la región liberada de Shansi-Suiyuan” (1962); “Sobre el fortalecimiento del sistema de comité del partido” (1962); “Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China” (1962); “Llevar la revolución hasta el fin” (1962); “Paisajes de China : seleccionados por la redacción de fotografías de China” (1962); “¿De dónde proceden las divergencias? : respuesta al camarada Thorez y otros camaradas” (1963); “Proletarios de todos los países, uníos para luchar contra nuestro enemigo común” (1963); “La dialéctica revolucionaria y la evaluación del imperialismo” (1963); “Proposición acerca de la línea general del movimiento comunista internacional: respuesta del comité central del Partido Comunista de China a la carta del Comité Central del Partido Comunista de la URSS” (1963); “Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China” (1964); “La situación actual y nuestras tareas” (1964)
Aunque la división entre los partidarios de Moscú y Pekín era inevitable, “Unidad” del 07 de noviembre de 1963 reapareció luego de tres meses de silencio, asumiendo un compromiso incondicional a favor del PCUS, y es que la llamada “vieja guardia” aún mantenía los fondos privados provenientes del Fondo Nacional del Partido.
El 30 de abril de 1963 apareció el primer número del periódico Bandera Roja, publicado por el Comité Regional de Lima del PCP y bajo la dirección de Toribio Matos. La elección del título del periódico se inspiró en la traducción al español del nombre del órgano teórico del Comité Central del PCCH (Bandera roja: Hongqi en mandarín), aunque también su nombre se tomó recordando a “Rote Fahne” del Partido Comunista de Alemania.
Posteriormente el periódico manifestará su adhesión a las tesis chinas en el tercer número, el 02 de diciembre de 1963, anunciando con un mes de antelación la convocatoria a la IV Conferencia Nacional. El peso de los activistas en Lima se confirmó cuando el 19 de enero de 1964 “Bandera Roja” se convirtió en el portavoz oficial del PCP pro-China.
La división era evidente cuando “Unidad” y “Bandera Roja”sugieren por primera vez en abril de 1963, la crisis del movimiento comunista internacional. En “Bandera Roja” apareció el extracto de un editorial del periódico soviético “Pravda” titulado: Fortalezcamos la unidad del movimiento comunista en aras del triunfo de la paz y del socialismo (Pravda, 7/1/1963) con una imagen de NikitaKhrushchev. Posteriormente reproducirá el artículo de “Pravda” titulado. ¿Qué es el trotskismo? (Bandera Roja, 30/3/1963) intentando exhibir una pluralidad informativa que contrastaba con la posición de alineación de los Soviets de “Unidad”
Por primera vez China hace público el conflicto al interior del comunismo peruano; en el número 22 de la revista Pekìn Informa (22/5/1964) aparece en inglés una síntesis del informe final de la IV Conferencia Nacional del PCP. Fourth National Conference of Peruvian CP. Denounces Revisionism (Cuarta Conferencia Nacional Peruana del PC denuncia el revisionismo) (PEKÌN INFORMA, 1964: 17,19)
Los primeros libros de peruanos que viajaron a la aún joven República Popular China fueron:
“China: la revolución del arroz y de la rosa. Comparaciones con India, América, Europa” Publicado en octubre de 1959 por Jorge Falcón Gárfias en Ediciones Hora del hombre. Destaca la presencia de las “Comunas Populares”; entre 1949 a 1956 y apela a una metáfora con estética literaria: “La revolución es roja, no por desangrar a sus enemigos ni manchar la tierra con su sangre. La revolución es roja porque es la sangre pura irrigando la vida. La revolución es roja, como la rosa roja, epítome de las flores en belleza y perfume” (FALCÒN: 1959. 159)
“De Confucio a Mao Tse-Tung: Del feudo a la comuna popular” César Guardia Mayorga publicó “De Confucio a Mao Tse-Tung: Del feudo a la comuna popular” en octubre de 1960, narrando sus 44 días de estadía en China, en 1959. El autor busca semejanzas entre las sociedades chinas y peruanas.
“Donde nace la aurora” Producto del viaje a Pekín, el pintor Carlos De la Riva publicó en 1961 “Donde nace la aurora: Estampas de la nueva China”, libro que relata su viaje y brinda el testimonio de un artista políticamente comprometido. El título del libro deriva de un poema de Mao “En el oriente va a nacer la aurora”. Hasta ese momento muy poca fue la difusión acerca del problema de la transformación pacífica de la burguesía china y sus experiencias
“La Otra Mitad del Mundo” El triunfo de la revolución china, en octubre de 1949, causó un impacto importante en los comunistas peruanos. Las noticias del avance de las tropas de Mao TseTung eran resaltadas por el periodista Genaro Carnero Checa en su revista 1949, cuya sección internacional, a cargo del cuadro comunista Alfredo Mathews, se convirtió en un canal “no oficial” de información para los comunistas peruanos esperanzados en la ampliación del campo socialista.
En 1959 Miró Quesada regresaría a China, siendo parte de la delegación peruana conformada por 23 políticos y tres periodistas invitados por el país asiático. Ese año publicó los libros La Otra Mitad del Mundo. Tomo 1: la Unión Soviética y La Otra Mitad del Mundo. Tomo 2: la China comunista. Hasta ese momento, a diferencia de la mayoría de publicaciones referidas a las sociedades comunistas, los libros de Miró Quesada presentan una visión periodística, analizando críticamente y de acuerdo al valor absoluto del hombre que presupone para su realización cabal, la libertad y justicia.
“Las comunas populares en China” El periodista Ernesto More dictará el 30 de Setiembre de 1959 una conferencia en la UNMSM titulada “Las comunas populares en China”; con ese mismo nombre saldrá en 1960 la transcripción de la misma con el sello Minerva.
“Entrevista con Mao Tse Tung” La versión de Del Prado acerca del primer encuentro oficial fue publicada posteriormente en un folleto titulado “Las grandes experiencias de la revolución china. Entrevista con Mao Tse Tung” Aunque el texto de 1960 se limita a transcribir la intervención de Mao y no es un intercambio de palabras propiamente dicho.
7. TERCERA CONFERENCIA NACIONAL: 1960
“No debemos olvidar que en toda época de transición social, como la que vivimos actualmente en el ámbito internacional, afloran diversas corrientes que tratan de revisar el marxismo o de atrofiarlo…” De esta manera se explica el fraccionalismo en las Conclusiones y Resoluciones de la III Conferencia Nacional del PCP, realizada entre Julio y agosto de 1960, asistiendo delegaciones de Apurímac, Arequipa, Puno, Cusco, Ayacucho, Junín, Ancash, Huancavelica (Pampas), La Libertad, Piura, Loreto, Cajamarca y Lima.
Mientras un sector sancionaba una supuesta línea de conciliación con la burguesía, la dirigencia encabezada por Del Prado impuso las tesis sustentadas por Nikita Jruschov en el XX Congreso del PCUS: “La política internacional del campo socialista es la coexistencia pacífica. El imperialismo norteamericano como principal promotor de la política belicista es también el centro de la reacción mundial. La política de coexistencia pacífica no olvida que mientras exista el imperialismo siempre habrá peligro de guerra.” (PARTIDO COMUNISTA PERUANO: 1960)
El propio Del Prado citará a Mao para criticar a los intelectuales: “Entre los camaradas que cuentan con un mayor bagaje de conocimientos de la teoría, son aún contados quienes tienen en cuenta aquella máxima del camarada Mao TseTung que dice: ‘El estudioso que no investiga, no tiene derecho a la palabra’”(DEL PRADO: 1960.s/n)
La división al interior del PCP ya se hacía notar en sus propios documentos oficiales: “Pone en guardia a la militancia contra el peligro de una desviación ideológica en la interpretación de esta tesis. Es preciso combatir tanto el revisionismo como el dogmatismo a este respecto. So pretexto de los medios diversos de llegar al poder y de las peculiaridades nacionales de cada país”. (PARTIDO COMUNISTA PERUANO: 1960)
8. DISCREPANCIAS EXTERNAS AFECTAN LO INTERNO
Según Crankshaw, lo que más irritaba a Jruschov de China era la apariencia no marxista en el discurso chino. Durante la Conferencia de Moscú de 1960 diría: “¿Serían los camaradas chinos tan amables como para abstenerse de usar frases chinas – “tigres de papel” por “presidentes americanos”, “dejar florecer cien capullos” por “lenidad del control central”- , y tratar de expresarse más decorosamente, usando términos marxistas correctos que todos pudieran entender?” (CRANKSHAW: 1963) Para la jerga comunista, “revisionismo” significaba traición a los ideales de la revolución, “dogmatismo” significaba oscurantismo criminal, y “fraccionalismo” era el crimen más grave que se pudiera cometer.
Las discrepancias entre China y la URSS obligaron a realizar últimos esfuerzos para superarlas; en 1960 se realizó en Moscú la Conferencia de los 81 Partidos Comunistas y Obreros (conocido como la Conferencia de los 81). La delegación peruana la conformó Sotomayor, Paredes, Soria y Rubén Mollepasa- éste último con el seudónimo de José Martínez- Los tres primeros eran seguidores de la línea china y Mollepasa de la oficial pro soviética.
Sotomayor, criticó a los emisarios soviéticos que visitaban los hoteles donde fueron alojados los invitados extranjeros, a fin de asegurar su lealtad al PCUS. La URSS empleó toda su influencia en el comunismo latinoamericano para intentar desprestigiar al PCCH (CABALLERO, 1985) Problemas tan trascendentales como el carácter de la época, la guerra y la paz, las vías de tránsito al socialismo, las contradicciones fundamentales, la lucha contra el culto a la personalidad e implícitamente el rol de Stalin, fueron enfocados por el PCCH en forma distinta a la posición adoptada por los otros partidos comunistas.
La línea trazada por el PCP con motivo del proceso electoral de 1962, partía de la aceptación de que el país vivía una típica situación revolucionaria; por este motivo —se decía— los objetivos estratégicos y los objetivos tácticos se presentaban juntos, confundidos. Al poder se podía llegar, alternativamente, con votos o con balas. El instrumento de esa toma del poder era El Frente de Liberación Nacional (FLN) El sector pro- chino calificó este enfoque de la situación política como “infantilista de izquierda” y “sectario” ya que, a su parecer, conducía a un paulatino aislamiento del Partido.
Pero a pesar de todo ello, Raúl Acosta fue nombrado secretario general, Del Prado secretario de organización y Juan Barrio jefe de la Comisión de Hacienda del PCP en setiembre de 1962, manteniendo así el control sobre el aparato partidario. Si hasta ese momento, el sector pro- chino utilizaban el término peyorativo “Camarilla” para hacer referencia a estos tres líderes, posteriormente serán llamados “vieja guardia”.
9. APOYO CHINO A LA GUERRILLA PERUANA
Aunque la revolución cubana tuvo un impacto especial en el Movimiento de Izquierda revolucionaria (MIR), ésta organización nunca dependió de la isla sino que también recibió apoyo político y militar de la República Popular China. Elio Portocarrero recordará: “China no solamente apoya económicamente sino que abre sus puertas para la formalización de los primeros cuadros en las escuelas políticos- militares chinas y empiezan a viajar hacia china un contingente de cuadros para una preparación de largo tiempo. De la zona de Piura viajan entre otros cc. Mario Calle, Julio Rojas, mi hermano Javier Portocarrero, Samuel pozo, Modesto Timoteo, ente otros” (PORTOCARRERO: 2011)
Los entrenamientos en China enfatizaban en el carácter militar ligada a la experiencia de la guerra de liberación de China; Portocarrero advierte que los chinos planteaban el proceso de una larga guerra; es ahí donde iría formando el ejército guerrillero, dándose un acento muy fuerte a las formaciones ideológica, teórica y marxista. La versión del Estado peruano es crítica hacia China: “Ellos no han visto, o no han querido ver, los millones de chinos famélicos que sufren y mueren lentamente pisoteados por sus verdugos en las granjas colectivas y en las fábricas que alimenta al ‘dragón amarillo’, que pretende sojuzgar a los países del lejano Oriente y de la gran comunidad india, antes de lanzarse a la conquista del resto del mundo (…) Corre el año de 1963 y ya tenemos de vuelta a casa, siempre en forma clandestina, un buen número de ‘barbudos’ extremistas de nuevo cuño, una moderna versión para armar caballeros a los discípulos de Castro y Mao Tsetung” (Ministerio de Guerra: 1966, 28)