EDUCACIÓN: PRIVATIZACIÓN E INICIO DEL AÑO ESCOLAR

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Por: César  Barrera  Bazán

A pocos días de haberse presentado una secuencia repugnante en un programa televisivo, que condicionaba a una escolar a comer un plato de inmundas  cucarachas a cambio de pasajes para un viaje de promoción, es posible ubicar  meridianamente  la polarización que recorre nuestra sociedad entre quienes, nadando  contra la corriente, insistimos  en defender a la educación como un Derecho Humano Fundamental y los que la entienden y manejan como una mercancía susceptible de ser alquilada o vendida a gusto del cliente.

Encontramos fundadas protestas de diversos sectores ciudadanos, muchos por higiene  y sentido  común,  otros demandado se cumpla  el Art. 14 de la Constitución  que en su último  párrafo consigna, “los medios  de comunicación social,  deben colaborar  con el Estado  en la Educación  y en la formación  moral y cultural”, como la propia  Ley de Radio y Televisión  que en su Art. 2 define  que la radiotelevisión debe regirse  “por los principios  de defensa de la persona  humana y su dignidad, el fomento de la educación cultura y moral de la nación”, así como “la formación  integral de los niños y adolescentes”, entre otros.

De otro lado, hemos padecido justificaciones patéticas, absurdas y  agraviantes a la Inteligencia, como  también la de aquellos promotores  de la TV y educación  basura, que la “explican” como una oferta  de mercado  que el televidente está en la “libertad”  se optar. Ambas,  sin asidero  ni moral, ni legal.

Todos, o casi  todos,  se han  pronunciado  o tomado posición. Menos quien  debió ser  el primero  en protestar, en tanto órgano de Estado, rector y cautelador de la Educación y Cultura en nuestro país, el  MINISTERIO DE EDUCACIÓN que, con su Ministro a la cabeza y con la ley en la mano, debió salir a defender a la ciudadanía, los educandos, nuestra dignidad y cultura ante programas  “cucaracha-basura”que,  como este, no  educan, sino embrutecen, no protegen valores supremos  como la dignidad  y el respeto  a la persona humana, que terminan derribando lo que con tanto esfuerzo construyen, la familia, la  escuela  y los maestros.

El Ministro de Educación, no opina sobre el rol nefasto que perpetran contra la Educación  y la Cultura  la mayoría  de medios, con las excepciones que confirman  la regla. Se encuentra muy atareado en distraer incautos y atender a los promotores  empresariales  que, no  gratuitamente, lo han convertido en su Ministro Estrella, en cuanto orienta el grueso del presupuesto del sector educación para alistar los mejores  colegios y privatizarlos a través de la “administración público-privada (APP)”. Suculento   negocio “reactivador”, que como política educativa, también en salud,  son un rotundo fracaso en la región, pero que  aquí se vende  interesadamente  como una novedad.

Así como  el Ministro  no se ha pronunciado, otros que tienen que ver  directamente  e indirectamente  con el quehacer  educativo, tampoco  lo harán, en tanto ofician de interesados escuderos. Es que en ellos la estrechez de miras, los auspicios, el clientelaje  vulgar y las granjerías, pesan mucho más que los principios, la educación y los intereses  nacionales.

Lima, 23 de marzo de 2015

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