MIRADA ZURDA
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Por: Rolando Breña
Se habla siempre de la utilización de una escopeta de dos cañones en las lides políticas. Se entiende como el uso de discursos distintos y hasta contradictorios en torno a problemas iguales o similares, para salvar o esconder las propias responsabilidades, buscar otros en quienes descargarlas; es decir acomodar las palabras a las circunstancias al margen de la verdad o de conceptos y posiciones anteriores sin vergüenza, con hipocresía, cinismo y falta de autocrítica.
Si observamos con más atención, hace tiempo que la vieja escopeta de dos cañones ha sido reemplazada, no sabemos si más moderna o quizá no lo advertimos lo suficiente y es tan vieja como la anterior. Tiene cuatro cañones.
1. El diálogo oficial o primer cañón.- Llamado por el gobierno “a toda la sociedad civil” y a “todas las voces por la Presidenta del Consejo de Ministros, realizado en el gran comedor de Palacio y del cual los ecos y las consecuencias no son nada auspiciosas para el gobierno, para los asistentes tampoco para la población. Tantos enredos atrapan al régimen en los presuntamente más preciados resultados: la liquidación, disolución, cierre o suspensión de la DINI (nadie lo sabe) del que el gobierno no tiene idea alguna y , para sus disgustos, no lo puede acometer sin auxilio del Congreso, donde las deserciones le han hecho perder la mayoría.
2. Diálogo semioficial o segundo cañón.- Entregada a congresistas y ministros para disparar a diestra y siniestra sobre cualquier bulto que se mueva en la oposición o la crítica. Contradictoriamente, de manera displicente o adrede, no solo está permanentemente cargada sino que seguía disparando en pleno diálogo palaciego, con municiones dirigidas incluso a más de un asistente. Naturalmente, en estos momentos dispara a discreción y parque abundante.
3. Diálogo real o tercer cañón.- Es lo acontecido en Pichanaki. La torpeza, la ignorancia y el menosprecio a una realidad que se incubaba hace tiempo y que podía haberse tratado con prudencia en relación con la comunidad. Es el diálogo que responde con la violencia, la represión y la muerte para luego encontrar culpables en el extremismo y los agitadores.
4. Diálogo bombero o cuarto cañón.- Correr desesperadamente para apagar incendios que pudieron evitarse. Nombrar a la carrera “comisiones de alto nivel”, verse obligado a acceder a las demandas, prometer soluciones y medidas para ver si es posible apaciguar los conflictos.