Por: Manuel Guerra.

Es sabido que la derecha es “democrática” mientras no vea amenazados sus intereses. Cuando ello ocurre, la democracia le resulta un estorbo y aparece en toda su magnitud su naturaleza salvaje, autoritaria e intolerante. Uno de los elementos básicos del neoliberalismo es justamente la negación de la democracia, aspecto que se traduce en el recorte de los derechos ciudadanos, la criminalización de la protesta popular, el arrasamiento de los derechos laborales, el poder de decisión que adquieren los organismos financieros internacionales, quienes terminan definiendo el rumbo de la economía, la política, la educación, la salud, los aspectos sociales y culturales del país, a contrapelo de lo que exprese la voluntad popular en los procesos electorales. Todo ello consagrado en la Constitución fujimorista que se impuso a través de un acto atentatorio de la democracia, como fue el golpe de Estado del año 1992.

Y esta derecha cavernaria y entreguista, intermediaria de las grandes transnacionales, pretende darnos lecciones de democracia. Resulta ahora que en Cajamarca una de las expresiones más degradadas de la política peruana, como es el fujimorismo, se ha convertido en la carta “democrática” para derrotar al “autoritarismo” del MAS encabezado por Gregorio Santos en las elecciones municipales y regionales del próximo 5 de octubre.

La derecha cavernaria está realmente asustada frente a la inminente victoria del MAS en dicho proceso electoral. Creyeron que encarcelando a Goyo revertirían la tendencia electoral a su favor. Sucedió todo lo contrario. Tampoco les está sirviendo la millonaria campaña puesta en marcha, el derroche insultante del asistencialismo para doblegar la dignidad de los cajamarquinos, la compra de periodistas sin escrúpulos, el acoso judicial y la represión a dirigentes políticos y sociales, el temor que pretenden infundir argumentando que si se bloquea el proyecto Conga vendrá el descalabro económico para Cajamarca.

No es desatinado afirmar que en Cajamarca las elecciones tienen un carácter plesbicitario, en tanto se confrontan dos modelos de desarrollo. El que se basa en la actividad primarioexportadora, saqueadora de los recursos y destructora del medio ambiente, en beneficio del capital extranjero (del que Yanacocha es su principal exponente y el fujimorismo en sus dos versiones, sus operadores políticos), o una visión de desarrollo sustentable que, poniendo énfasis en el potencial agrícola y ganadero, promueve la actividad productiva aprovechando los diversos recursos de la región, por tanto defiende la preservación del medio ambiente, de las aguas y tierras de cultivo (esta visión en el presente está encarnada en el amplio movimiento social, en especial en las rondas campesinas, y políticamente está representada por el MAS). La polarización en curso está marcada por estas dos opciones.

El escollo fundamental para la derecha cavernaria lo constituye la resistencia del pueblo cajamarquino que empezó a mostrar su potencial desde las épocas del Quilish, y que tiene en las rondas campesinas su columna vertebral. Las jornadas de lucha protagonizadas en la defensa del Quilish y contra el proyecto Conga han forjado niveles de unidad y conciencia, así como liderazgos sociales y políticos que resultan fundamentales. El mérito del MAS y Gregorio Santos desde el gobierno regional fue sintonizar con el humor de las masas, actuar consecuentemente y colocarse al frente de sus luchas. Y cuando las masas encuentran liderazgos confiables ni los millones derrocados en el asistencialismo, ni el chantaje, ni la persecución podrán quebrar su respaldo hacia ellos.

Preocupa sí el susto y la desesperación de la derecha que no tiene ningún escrúpulo para salirse con la suya.  Si no les resultan las movidas para que candidaturas afines declinen en favor de su principal candidato, el fujimorista Osías Ramírez, si no sirve para nada el desplazamiento de la desvergonzada Keiko Fujimori para respaldarlo, si resulta inútil el cierrafilas reaccionario encabezado por los gremios empresariales y el poder mediático, ¿tentarán el fraude?, ¿qué otra cosa tendrán en mente? Hay que estar alertas y no bajar la guardia.