XVII CONGRESO NACIONAL DEL SUTEP: UNIDAD Y LUCHA PARA UNA EDUCACIÓN PÚBLICA DE CALIDAD CON MAESTROS DIGNOS Y RECONOCIDOS

Desde el Partido Comunista del Perú-Patria Roja saludamos con profundo reconocimiento el congreso del Sindicato de los maestros peruanos a realizarse en Lima Reconocimiento que implica el respeto a su trayectoria, de lucha, a sus logros, a la voluntad de levantarse a pesar de las adversidades; expresamos nuestra admiración por la voluntad férrea de bregar junto al pueblo, de ir adelante, manteniendo en alto sus principios, a la cualidad de elaborar propuestas pedagógicas e identificarse plenamente con los legítimos intereses del magisterio nacional.

ESCENARIO COMPLICADO

Irremediablemente debemos partir de la realidad educativa y nacional, alejarnos de la misma es también distanciarnos de los objetivos trazados, dejar atrás la defensa efectiva de derechos irrenunciables del magisterio, ceder a presiones voluntaristas y a veces hasta mal intencionadas.

Lamentablemente la derecha educativa y neoliberal es más fuerte por ahora, que su contraparte, los sectores del cambio educativo y democrático. Una correlación de fuerzas adversas a los intereses populares, nos limita pero no nos paraliza, estrecha la capacidad de logros y conquistas educacionales pero no impide ejercitar la vocación de lucha, maltrata pero no hiere, buscan desaparecernos y obtienen como resultado la afirmación de la identidad histórica de los maestros, labrada con enormes sacrificios en los últimos cuarenta años.

ANTE TODO: LA UNIDAD

La unidad es un principio cardinal de los luchadores y combatientes, de los hombres y mujeres justos que perseveran por sus derechos, por una vida mejor, para sentirse plenamente realizados.

La primera condición de conquistas significativas, en capacidad de elevar el nivel educativo, sin exclusiones ni privilegios, incorporando con justicia y calidad a las grandes mayorías nacionales, honrando al estudiante, por su talento y esfuerzo, al docente en sus derechos, a la consideración de su rol en la sociedad, también de su preparación y trabajo; es la unidad; es muy conocida la frase sin luchas no hay victorias, cuestión cierta, sin embargo igual de cierto es que sin unidad, no son posibles los éxitos, vencer, avanzar, lograr objetivos.

Entendemos la unidad como un amplio y sostenido torrente, diverso, heterogéneo, de innumerables expresiones, ilimitadas formas, cada una tan creativa como la otra; asidos, eso sí, fuertemente por los grandes propósitos, la magnitud de los cometidos, la majestad de los ideales, el respeto mutuo, la tolerancia recíproca, la adhesión categórica a la institucionalidad; entender y asumir, una vez más, el contenido moral de la misma, la dimensión ética de nuestras acciones, lanzar con energía el lema: El que divide traiciona, el que miente favorece al adversario, debilita a los maestros, coopera con sus enemigos.

AFIRMARNOS, RENOVARNOS

El Sutep posee un acervo de lucha consecuente, desde su fundación hasta la fecha son, ya, más de cuatro décadas, de aprendizaje, recorrido y conducta ejemplar. Los comunistas somos testigos y protagonistas de las muchedumbres, de las aspiraciones, las pasiones; hemos constatado esa fe del luchador en sus propios actos, el convencimiento de un porvenir mejor, de bregar por una causa justa.

El Sutep desde su etapa auroral se ha forjado a punto de la labor abnegada, en situaciones muy peligrosas, empezando de cero, casi con nada, excepto la esperanza. A partir de ahí se han constituido tradiciones muy valiosas, quizás, la mejor de ella, es la relación directa con el centro educativo, con el sute base, donde el dirigente enseña y aprende; dialoga y convence, no impone; siembra liderazgo, ideas, espíritu transformador, cultura.

Vale aclarar lo siguiente; de la experiencia vivida, hay grandes méritos, sin embargo la visión crítica, el análisis objetivo de los hechos, la voluntad de ser cada vez mejores luchadores, nos motivan a reflexionar lo andado, a exigir más de nosotros mismos, a evadir cualquier forma de complacencia.

De igual manera los tiempos han cambiado inexorablemente, nos encontramos ante un nuevo escenario, nuevos retos; ni el mundo, ni el Perú, tampoco la educación, los alumnos, los maestros, son los de antaño.

LA NECESIDAD DE NO COMETER ERRORES

La continuidad en la lucha, su vigencia vital, exigen esta conjugación entre afirmación y renovación. Es un mandato de responsabilidad, sentido de clase y autoafirmación emancipadora.

GRANDES RETOS EN LA PRESENTE ETAPA

Hacia adelante desafíos a vencer de primer orden. Observamos una insistente campaña de la derecha en el desprestigio de la Escuela pública, del propio rol docente, se le denigra, se le rebajan sus derechos, e hipócritamente le responsabilizan del atraso de la educación peruana.

Tenemos plena confianza en que el maestro y su representación sindical cumplan satisfactoriamente los acuerdos del XVII Congreso Nacional; el aporte a una educación pública de calidad; la protección y restitución de los derechos adquiridos vulnerador en la llamada ley de Reforma Magisterial; a reforzar su unidad, la institucionalidad, en todos sus escalones y renovarse.

Para afrontar la lucha en mejores condiciones.

Felicitamos a los compañeros, a su dirigencia, al delegado de base, por el exitoso congreso, por el esfuerzo, la voluntad, la disciplina, el debate, la actitud unitaria, el proceder ante los errores. Pero no nos podemos quedar en la vana satisfacción del número de asistentes o simples mociones presentadas; el Sutep y sus congresos son más que eso, son valores, es historia, es la poesía de Horacio, es una marcha interminable de hombres y mujeres voceando por su dignidad y el reconocimiento justo de la sociedad, a la que deja lo mejor de su vida. De ellos y ellas esperamos que con su práctica educativa y el alto significado del docente participen en la forja de un ser humano verdaderamente libre, critico, solidario, pleno, en un Perú nuevo, en un mundo mejor.

El Partido Comunista del Perú-Patria Roja estará con ustedes maestros y maestras, sin ninguna duda en esta grandiosa obra, junto al pueblo, en la primera fila de combate, en los momentos más difíciles y también en la última trinchera. El futuro será nuestro.

Marzo, 2016

Buró Político