Por: Augusto Lostaunau Moscol*
No ha terminado el primer mes de este nuevo 2015 y las fuerzas políticas ya han iniciado con fuerza la campaña hacia el sillón presidencial. Pero, esta nueva campaña está incluyendo estrategias muy distintas. Está incluyendo seudo “reglajes”, seudo “espionajes” y seudo “tuits” a la supuesta “oposición”.
En los primeros días de enero de 2015, la “prensa independiente” ha reproducido un supuesto “enfrentamiento” entre ministros del gobierno y la supuesta “oposición”. Así, el ministro del interior ha publicado “tuits” contra el ex presidente García Pérez, donde hace referencia a su vida sentimental o sus cuestionados indultos. Estos “ataques”, supuestamente, buscan destruir la candidatura del ex presidente el 2016. Pero, el efecto es contrario. Y ese es el objetivo. En el imaginario político popular, la figura de García Pérez gana prestigio y aprecio. Gana mayor apoyo. La interrogante es ¿cómo se puede lograr ese efecto contrario? Porque, ante los continuos desaciertos políticos del gobierno y su abierta disposición por satisfacer los apetitos económicos de los empresarios, García Pérez aparece como el opositor, el “único opositor” con la capacidad de hacer “temblar al gobierno” por eso lo atacan los ministros. De esta manera, se “construye” un supuesto enfrentamiento entre el régimen neoliberal de Humala y la candidatura neoliberal de García Pérez. Esta suerte de pacto entre el ollantismo y el aprismo no es gratuita. El Poder Judicial está en el medio. Como es bien conocido, el aprismo controla el Poder Judicial. El APRA ha copado la justicia en el Perú, lo cual ha permitido que García Pérez salga bien librado de las múltiples denuncias e, incluso, ha sido declarado prescrito de sus delitos del primer gobierno (1985-1990). Es un control que puede ponerse, en el 2016, al servicio del régimen saliente. Y todo esto con la anuencia y el beneplácito de los empresarios.
Es más, cuando miles de jóvenes se movilizan contra una ley que los perjudica al extremo, se presenta en los medios de uno de los dirigentes nacionales del APRA para “denunciar” un supuesto reglaje contra su persona. Otra vez la idea es suponer que el régimen está muy preocupado por la “oposición” y, por ello, “espía” a los “verdaderos” opositores. Nuevamente, por un lado el régimen y frente a este, la “única” y “verdadera” oposición: el APRA. ¿Es creíble un espionaje contra un dirigente que, cuando estuvo en el poder, trató a quienes se oponen al neoliberalismo como “antisistema”?
Estos “tuits”, estos “reglajes”, estos “espionajes” sólo existen en los medios de comunicación que apoyan la continuidad del modelo neoliberal. Pero, muchos pensarán –incluso han escrito- que forman parte de una campaña de humo para distraer a la población sobre la nueva ley de empleo juvenil o el caso Belaunde Lossio. Al final, hasta el caso Belaunde Lossio es una cortina de humo. En realidad lo que se busca es la continuidad del modelo neoliberal. La autoproclamada “oposición” es neoliberal. ¿Puede existir una oposición neoliberal que enfrente a un régimen neoliberal? En los medios de comunicación a favor del modelo si existe; en la realidad política no existe.
*Historiador.
