Curiosidad que da cólera

Por: Rolando Breña

1.     El  Ministro de trabajo Fredy Otárola, ha solicitado a los Congresistas que  “reflexionen” antes de  decidir este 28 los destinos de la “Ley Pulpin”. Este llamado resulta realmente curioso viniendo de un Ministro que  sin reflexionar un segundo hipotecó todas sus prerrogativas, sus responsabilidades y atribuciones frente  a su colega Alonso Segura.  Fue él quien engendró he hizo nacer esta ley y es él quien ahora  le encarga hacer la  pre-publicación. Es decir, Segura se ocupa de lo principal y Otárola de los segundario.  Lo más curioso es que el Ministro de Trabajo lo hace con tal entusiasmo, tan feliz, que  parece que le gustara el papel de segundón; y tal es su entusiasmo que cae, no en otra curiosidad sino en una barbaridad al afirmar que el Reglamento “precisará y ampliará la Ley”. Lo que significa que quiere embaucarnos o de veras no sabe lo que dice. Pero, infelizmente, no es solo suya la barbaridad, su jefa la presidenta del Consejo de Ministro ha expresado que el reglamento es  para “llenar los vacíos de la Ley”.

2.     Keiko Fujimori escuchando al Presidente de la República negar la intervención y el conocimiento del gobierno respecto de los reglajes a los opositores o críticos, ha proclamado con todas sus fuerzas: “Presidente Humala, no le creo”.  Curioso de veras, no porque Ollanta Humala diga la verdad, sino porque viene de la representante de una dictadura que hizo de la mentira, el ocultamiento de hechos, de las falsificaciones, de la desinformación y la manipulación su moneda de todos los días.  Y lo dice sin siquiera un ligero rubor,  una cierta vergüenza o arrepentimiento;  viene de la portavoz de un régimen que justamente hizo lo que la señora Keiko Fujimori condena.  Puede aceptarse condena semejante y valorarla, si previamente quien la hace acepta las culpas y crímenes del gobierno que defiende y los expía a la luz pública con “profundo dolor de corazón y propósito de enmienda.

3.     El Ministro del interior, en defensa de la posición gobiernista  que niega cualquier reglaje, nos dijo “En qué cabeza cabe” que haya un reglaje “tan burdo”.  Es que precisamente, el tema es ese.  Estamos en un gobierno en que lo burdo es casi todo.  Es burdo su abandono de sus promesas electorales.  Es burda su entrega al modelo neoliberal contra el cual predicó. Es burdo el deshacerse de sus primero amigos para buscarse otros que ni siquiera lo quieren. Es burdo como, cada día se va quedando solo abandonado por los que fueran sus huestes.  Es burda su imitación de las formas y métodos fujimontesinistas… ¿Por qué entonces no puedan ser burdos sus intentos de someter, presionar o atemorizar a sus críticos a través de los servicios de inteligencia?.  “En qué cabeza cabe” se pregunta el Ministro,  como las cosas se ven, caben pues en las cabezas de este gobierno y del suyo propio.  Yendo un poquito más allá, podríamos preguntarnos ¿En qué cabeza cabe que tengamos un Ministro como el que tenemos?  Pero lo tenemos. ¿O,  no?

4.     Si no nos equivocamos, el Presidente de la  República en un discurso intercaló algunos versos de nuestro eterno poeta joven Javier  Heraud: “Porque mi patria es hermosa como una espada en el aire, yo amo y la defiendo con mi vida”, nos parece muy bien.  Los jóvenes tienen que conocer más y mejor a uno de los poetas que derrochaba talento “por todos los poros”, que es ejemplo que quienes aman la poesía, también aman al país entrañablemente y ese amor puede escribirse también con sangre. Pero sería mejor que el Presidente  recordará también otros versos que siguen a los que mencionó: “No me importa lo que digan los traidores”.  Igualmente hermosos y que penetran en el corazón y la conciencia como fina daga.

5.     En su edición de hoy “La Primera” destaca importantes declaraciones de Fernando Calle Hayen, ex Magistrado del Tribunal Constitucional y hoy aspirante  al Consejo Nacional de la Magistratura, en referencia  a la reunión del la Comisión Permanente del Congreso para tratar  la “Ley Pulpin: “Para ello hubiera sido necesario una delegación expresa para legislar sobre esa ley, porque el pleno no aprobó”.  A criterio del jurista, la única manera viable de modificar o derogar la mencionada norma es la inmediata realización de una  Legislatura Extraordinaria.  Al respecto refirió  a la Presidenta del Congreso- “que en vista  que no es deseo mayoritario de los señores parlamentarios interrumpir su receso veraniego- resulta necesario que el Presidente de la República en uso de sus facultades institucionales y en consideración al fenómeno político presentado convoque a la Legislatura Extraordinaria referida.