Por: Rolando Breña
1.- “No podemos permitir el abuso de que sin tener nada concreto simplemente quieran abrir investigación… Hay una agenda cargada en el Congreso y estamos distrayéndonos en este tipo de cosas”. Así se expreso el Presidente de la República respecto de la Comisión Investigadora sobre los presuntos ilícitos que comprometen a Martin Belaunde Lossio y un conjunto cada vez más numeroso de implicados.
2.- Sus palabras nos parecen poco convenientes, por decirlo de alguna manera. Hablar de abuso y que no existe nada concreto es, por lo menos una exageración. Hay suficientes indicios y una posible ramificación en las esferas públicas, investigadas ampliamente por la prensa. Podrían interpretarse, más bien, como una forma de dificultar las investigaciones por las posibles consecuencias políticas que podía acarrear, pues parecen tocar sectores y personajes importantes del gobierno, del Congreso, del Partido Nacionalista. Una investigación exhaustiva debería ser la mejor carta del propio partido gobernante, para descartar responsabilidades y demostrar que nada hay que esconder, proteger o “blindar”.
El pretexto de que el Congreso tiene trabajos más importantes es irrelevante. Con el Congreso que hay, casi nada es importante.
2.- “Nunca pedí ni siquiera aumento de propina”. Lo dijo el Presidente del Banco Central de Reserva, cuando hubo crítica generalizada al aumento de sus remuneraciones; incluso hizo su aparición una carta de Ollanta Humala que señalaba su desacuerdo y daba una especie de ultimátum para dejarlo sin efecto.
Es verdad, el Señor Velarde y el Banco Central de Reserva no piden nunca aumento. No lo necesitan. Son organismo constitucional autónomo, si desean aumentar sus remuneraciones lo harán. También es verdad que el frustrado aumento resultaba en la práctica una “propina”. Elevaba de 40 mil a poco más de 43 mil soles el monto total. Una pequeñez para los altos funcionarios. Pero tres mil soles serian una bendición para muchos trabajadores y un sueño para los desempleados.
La carta de Humala, qué duda cabe, fue un acto demagógico, populachero, paternalista, de viveza criolla. Era de esperarse que tal aumento suscitara reacciones desagradables, y era también de suponerse que ante una “petición” del Presidente de la República tuvieran que retroceder aun sin quererlo. Sería más creíble su actitud si carta similar hubiera sido enviada a los Ministros cuando éstos acordaran elevar sus remuneraciones de 15 a 30 mil soles. Ahí pudo ser mas enérgico, directo, duro, pues el Gabinete lo nombra él y a él está subordinado.
3.- “En el Perú nunca está claro quién es derecha y quien de izquierda”. Son palabras de nuestro famoso tenor Juan Diego Flores. Es razonable que algunos puedan preguntarse si las ideologías continúan vigentes o ya periclitaron; así como si las caracterizaciones de derecha e izquierda, resultan desfasadas.
Sin embargo, estas posiciones muchas veces dejan de ser dudas legitimas, confusión o búsqueda honrada; esconden o disimulan pensamientos y actitudes de indefinición voluntaria con el objetivo de vivir en el cómodo no compromiso, en la aparente neutralidad que mira y busca dónde es más provechoso afincarse según las circunstancias y los cambios del clima político, acostumbrarse “motu proprio” a navegar a dos aguas y migrar de un mar a otro si hay perspectiva de duro oleaje. Pero no hay que ser siempre mal pensados, hay que tener esperanza que las dudas del “ser o no ser” que atormentaron hasta el final al príncipe Hamlet no lo hagan con nosotros, también hasta el final.
4.- “A cada cual lo que le pertenece”. Este principio de cierta justicia distributiva puede ser aplicado, irónicamente, a ciertos acontecimientos de la vida política actual, cuando el Congreso acaba de aprobar la formación de una Comisión Investigadora, para las denuncias que, por ahora, tienen como protagonista a Martin Belaunde Lossio.
Se va cerrando una especie de círculo infernal dantesco, en el cual cada partido político tendrá su propia Comisión Investigadora, cargará su propia cruz, recorrerá su propio Gólgota y, quizá, tendrá al final su propia crucifixión. Justicia divina, dirán unos. Venganza política dirán otros. Miserias de la política criolla opinaran algunos. Forcejeos, empujones, patadas, trompadas, hasta violencia homicida normales en el concurso de sillas por el poder y el gobierno, sentenciarán ciertos analistas o aficionados.
Nos referimos a que a cada partido con representación parlamentaria ya le “chantaron” una Comisión investigadora. Perú Posible y Alejandro Toledo tienen su propia Comisión, que camina cojitranca y nadie sabe como habrá de terminar.
El Apra y Alan García también tuvieron (o tienen aún) su “Mega Comisión”, como lo motejaron chabacanos y huachafos. ¿Alguien puede informar a ciencia cierta de sus resultados?.
Ahora al PNP y al gobierno les toco su parte y son flamantes posesionarios de su Comisión. No se pueden quejar. Están en igualdad de condiciones. ¿Justicia igualitaria?. O tal vez “con la misma vara que mides serás medido”. O puede ser “Ojo por Ojo diente por diente”. O quizá “la venganza es un platillo que se come frio”.